Decimoquinta edición

Santiago del Estero: madre de lecturas

En la capital provincial se desarrolló un nuevo capítulo de la tradicional Feria del Libro, la más importante del NOA argentino, por masividad, calidad y pluralidad de programación. Aquí los detalles.

La Feria del Libro de Santiago del Estero se desarrolló entre el miércoles 24 y el domingo 28 en el Centro de Convenciones FORUM y en el Centro Cultural del Bicentenario. Foto: Gentileza Fundación El Libro

De los grandes momentos de la Feria del Libro de Santiago del Estero ocurrió en la mesa compartida entre Selva Almada, Susana Villalba e Inés Aráoz. Mientras la poesía de Villalba mojaba las orillas del amor, la enorme poeta tucumana Inés Aráoz saboreaba las palabras con los ojos cerrados y la mente abierta. “Nosotros los poetas y los escritores tenemos la dura tarea de buscar la palabra en momentos que parece poco importa. Allí la comunidad de todos”, sostenía minutos después a PERFIL, en su tonada profunda que levanta colectivo mástiles de lenguaje. La edición quince de la Feria del Libro de Santiago del Estero, la más importante del NOA argentino, por masividad popular, calidad y pluralidad de la programación y dos sedes de porte internacional, esparció la premisa “Identidad escrita. Cultura viva” con las patas en la fuente federal y pública, estampada en el arma más poderosa de los pueblos libres, el libro. 

“Sí queremos esa potencia bien palpable, que nos sigue constituyendo en cuestiones esenciales, aunque desde el ámbito oficial se empeñen en borrarla. Inútilmente, porque muchos -y esta Feria  lo demuestra- trabajaremos para que siga existiendo y fortaleciéndose. Esta potencia nuestra que luminosamente sugieren “Shunko” y su autor -Jorge Washington Ábalos-: la que día a día se va construyendo con nuestro cine, nuestro teatro, la ciencia, la educación, la protección de la salud, la igualdad de derechos, el respeto por la diversidad. Y ese objeto mágico en el que todo esto y mucho más puede aprehenderse: los libros”, cerraba el discurso inaugural Liliana Heker ante la repleta sala del Forum (Perú 510), el miércoles pasado, en un encuentro que clamó contra “la retirada del Estado”, en las voces de los miles de asistentes, los 80 stands y los 340 de invitados de todo el país. Y potenciado en “esta edición que hemos tenido más cantidad de disertantes de relevancia en Darío Sztajnszrajber, Martín Kohan, Vicente Battista -reciente premio Rómulo Gallegos por “El simulacro de los espejos”-, entre otros, propuestas de mucho nivel, mucha participación de las instituciones, del ámbito educativo, tanto los formadores como los estudiantes. Eso se ha incrementado y estimo que año a año superamos el veinte por ciento de visitantes en general. Nosotros planteamos esta edición quince yendo para delante y tratando de mejorar cada vez más en gestión, y eso contrasta con el contexto nacional”, aseguró Juan Leguizamón, subsecretario de Cultura de la Provincia de Santiago del Estero

Además de la notoria colaboración provincial y municipal, en conjunto con la Fundación El Libro, que asegura entre otros temas no menores la gratuidad en la participación para los asistentes y expositores en stand, se dieron a conocer políticas públicas de fomento del ecosistema editorial y programas de lectura que acercaron a escritores consagrados como Federico Jeanmaire a escuelas. “Una de las más lindas experiencias que tuve con lectores y que me pasó el último viernes con alumnos del profesorado de la ciudad”, destacó el autor del recientemente reeditado “Una lectura del Quijote” por la editorial de cultura de la provincia. 

Entre las disertaciones más esperadas estuvo la del sábado de María Florencia Freijo, la autora del best seller “(Mal) Educadas”, que superó las doce ediciones en Latinoamérica. Freijo destacó este tipo de “encuentros multitudinarios y gratuitos” en un momento de “una sociedad absolutamente que valoriza el tema del tener dinero, el tema de la masculinidad, el tema del liderazgo, y que cuando vos empezás a sentir que estás perdiendo eso, empezás a sentir bronca, empezás a sentir odio ¿Por qué esta avanzada de derecha vino con tanto odio hacia las mujeres, hacia la diversidad, también hacia los que luchan por el cambio climático? Porque son discursos que están yendo agudamente hacia algo que les quita directamente poder a los que tuvieron históricamente poder y voz. Están yendo a la semilla de lo que significa el sistema productivo y las lógicas del sostenimiento productivo, que es quienes concentran dinero y quienes trabajan para que se concentre ese dinero, pero quedan por fuera de tener ese dinero”. 

La estrella del Norte

Las primeras ediciones de la feria del libro distaban, en comparación a Buenos Aires y Rosario, de adquirir los mayores alcances que cobraría, después de la pandemia, con la llegada a la provincia de la Fundación El Libro. Los comienzos fueron tímidos y precarios, carpas distribuidas en la céntrica plaza Libertad, bajo ese sol tremendo. Recién a partir de mediados de la primera década del presente siglo, y el fuerte apoyo con políticas públicas de estímulo y ampliación de la industria del libro local -en el sendero de la editorial estatal, que lleva más de cien títulos de imprescindibles de escritores y ensayistas santiagueños y argentinos, antes ampliamente descatalogados-, se consolida ineludible plaza del libro del norte argentino. 

En 2025 participaron entre los expositores, sumados a los organismos oficiales como la Universidad Nacional de Santiago del Estero -que presentó su editorial EDUNSE nuevo libro con la traducción de la maravilla quechua del “Manuscrito de Huarochiri" del siglo XVI -, Abuelas de Plaza de Mayo, librerías y diversas agrupaciones culturales, la Federación de Bibliotecas Populares dentro de una gama global de conferencias, mesas redondas, conversatorios, talleres, espectáculos y presentaciones. “En cuestión de producción, y dando una marco fenomenal, después de la Buenos Aires, viene la de Santiago de Estero”, remarca Ariel Yammal del sello Yammal Contenidos de Córdoba, y afirma que si bien el situación económica es “complicada y la gente retrae el consumo”, las ventas fluyeron en números aceptables.  

“Esperamos todo el año la Feria”, se entusiasma Agostina, una de los tantos cosplayers que dieron el efusivo toque juvenil, además de las batallas de freestyle en el Escenario La Brasa, pegado al Forum, y señaló que “es una oportunidad única de dar a conocer nuestros artistas y pasiones al país, y por qué no, a Latinoamérica”, coincidiendo con una de las fundadoras del Grupo Literario Reencuentro, Lucía Castillo, círculo que el año próximo cumple cuarenta años, difundiendo narradores del interior santiagueño, y son históricos de la feria.  

La tarea es multiplicar

“He ido a las ferias de Buenos Aires a leer y también de público, y creo que aquí encontrás mucho de la producción norteña, y en Buenos Aires realmente no”, enfatiza la poeta santiagueña Gabriela Álvarez, editora también de Piedra Madre y que presentó “La mujer suelta”, premiado en el concurso regional Clementina Rosa Quenel en 2021, y publicado por sus coprovincianos y los chaqueños nucleados en la editora Funga. Y amplía, “aprovechamos la feria para encontrarnos y para mostrar producción al público, algo complicado en otras reuniones nacionales, pero que acá se facilita mucho por los espacios que se ofrecen sin cargo. Así  se visibiliza lo que trabajan las editoriales independientes de Tucumán, Salta, Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja y Jujuy”, subraya señalando que mesas como la de difusión del proyecto y plataforma de Salvaje Federal de Buenos Aires, dirigido por Selva Almada, Raquel Tejerina y Natalia Peroni, producen un “efecto multiplicador”. Tanto como eso que el periodista y poeta Walter Lezcano, especialmente traído para una mesa de poesía coordinada por Álvarez, pondera que representa “ese aspecto que me parece que es una forma de resistencia y de combate que encontré últimamente en las ferias y encuentros de escritores y públicos, y que son estas alianzas que vamos haciendo con gente que está sintiendo de la misma manera, que quiere encontrar una forma distinta a la hegemonía, estableciendo fugas y un pensar distinto a la época. Todo gracias a la literatura que me parece donde pervive la mayor resistencia de todas”, indicó. 

Las puertas de la imaginación

“La feria hace años es un espacio que nos ha brindado a la gente de Santiago del Estero el acceso a un montón de cosas que a veces son medias complicadas porque vivimos en el Interior. Ha tenido un impacto tan grande que tenemos editoriales de muchas provincias que vienen a exponer sus libros inéditamente en el área que nos compete a nosotros, que tiene que ver con los jóvenes y los juegos y los coleccionables. Además nos brindan todos los años este espacio en el CCB, que es uno de los centros más lindos que hay en el NOA. Tenemos acá tres museos, en el mismo espacio, y en esa convivencia incorporamos toda esta cultura nueva y la relacionamos con lo que es la cultura más antigua que representan los museos”, pondera Jorge Ferrari de Rapsodia, propuesta dedicada al estímulo del ingenio lúdico en la capital santiagueña, y que fue uno de los animadores del Cuarto Espacio Infanto-Juvenil y de Cómics dentro de la feria. En un siempre desbordante Centro Cultural del Bicentenario, la segunda sede en Libertad 439, y que al igual que el Forum, cerraba sus puertas a las 23 horas, ofreció talleres de fanzines e historietas, debates sobre pensamiento crítico, lecturas de fábulas y leyendas. Entre los eventos destacados estuvo la presentación de “Arsenal Vol. 3. Historietas santiagueñas” que coordinó el dibujante e ilustrador Facundo Calandra.

Hacia el final del domingo aún no disminuye la marcha afanosa del público entre sedes,  en productivas cinco jornadas de fiesta cultural del norte argentino. En la originaria plaza Libertad, mientras tanto, se escucha el cura terminar su prédica citando la parábola de Abraham y Lázaro, aquella de los ricos y pobres en las puertas del  cielo. Y menciona que el camino se abre en el compartir capitales y saberes, en la unión de la comunidad, en la lengua común. Ecos llegan hacia las filas ansiosas aún de recibir escritores y artistas en la Feria del Libro de Santiago, que no quiere acabar, resonancias de otro mundo alcanzable, llenas de la ancestral buena palabra, del milenario buen vivir. En las calles y foros se abren acequias a beber. Arriba el frontispicio de la catedral, previene, insta, obliga, comparte las aguas, diría la poeta Inés Aráoz, y avizora imborrable “Instruid a todas las naciones”.