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Experiencias, música y espiritualidad: qué propone VibraFest para 2026

Valentina Moisés presenta VibraFest, un festival que nació de la comunidad VIBRA y hoy es un movimiento que integra música, espiritualidad, talleres vivenciales y networking consciente para generar transformación real.

Experiencias, música y espiritualidad: qué propone VibraFest para 2026 Foto: Vibra

Creado desde un impulso colectivo, VibraFest combina música, prácticas vivenciales, charlas, talleres y una feria de saberes que potencia alianzas y proyectos. Valentina Moisés explica su visión de bienestar real y expansión comunitaria.

-¿Qué fue lo que te motivó a crear VibraFest y cuál es la idea central que buscás transmitir con el festival? 

-Vibra Fest nació como un impulso genuino de la Comunidad VIBRA (@soyvibra en Instagram), fue la necesidad de reencontrarnos después de las Peregrinaciones, los Retiros y Programas de VIBRA como El Camino de la Diosa o Guardiana de Círculos. Fue la necesidad de celebrar y compartir en presencia todo lo que cada una venía manifestando en su proceso. Pero la celebración trascendió a ese grupo inicial y hoy el festival es la materialización de un deseo colectivo, el llamado a expandirnos desde la alegría, la música y la conexión auténtica. Vibra Fest es música, baile, charlas, talleres y una enorme dosis de medicina para el Alma… pero también es un punto de encuentro estratégico. Dentro del festival creamos la Feria de Saberes, un espacio de networking consciente donde cada participante puede compartir sus dones, sus proyectos y su propia “medicina”. En la edición anterior esto fue tremendamente potente: se generaron alianzas, co-brandings y colaboraciones divinas que siguieron creciendo mucho después del festival. La idea central es que la persona venga a vivir una experiencia y se vaya transformada por el entorno, la compañía y la propuesta. Que descubra que no está sola: que hay una comunidad vibrando en la misma frecuencia, lista para apoyarse, co-crear y abrir nuevos caminos. Vibra Fest no es solo un evento, es un movimiento que celebra la vida, activa el propósito y multiplica el impacto de cada una en el mundo. 

-“Bienestar real”. ¿Cómo definís ese concepto y cómo se diferencia de las modas del wellness? 

-Hoy vemos una gran tendencia a hablar de bienestar con palabras vacías. Mucho concepto, mucha estética, mucha idea… pero poca profundidad. Ese es el problema de muchas modas del wellness: se quedan en la superficie. Se vuelven tendencias que se consumen, pero no transforman. Para mí, el bienestar real nace de la coherencia: que lo que pensás, sentís, decís y hacés esté alineado. No es un eslogan ni una foto en redes; es un estado interno que se construye todos los días. En VIBRA trabajamos justamente esa coherencia a través de la integración. Existen 2 Energías primordiales que nos componen a todos: una Masculina (las ideas, los objetivos, el foco, el hacer) y otra Femenina (la experimentación, el cuerpo, la sensibilidad, la capacidad de recibir).

Cuando esas dos Energías se encuentran en equilibrio (la mente y el corazón, la información y la experiencia) aparece el bienestar verdadero. Porque el bienestar real no sucede cuando repetimos conceptos, sino cuando los encarnamos, cuando los pasamos por el cuerpo. Cuando dejamos de mirar desde afuera lo que “debería ser” y empezamos a experimentarlo en el cuerpo y en la vida. Cuando somos la misma persona adentro y afuera. Ahí se da la transformación: en el momento en que anclamos ese puente entre el ser y el hacer. Ese es el bienestar que trasciende la moda y se convierte en un camino auténtico de evolución. 

-¿Qué tipo de experiencias concretas va a encontrar alguien que llegue por primera vez a VibraFest? 

-VibraFest es un festival experiencial. No venís solo a escuchar conceptos: venís a vivirlos en el cuerpo. Es un espacio donde la información baja al plano de la experiencia, donde cada herramienta se encarna a través de la música, el movimiento, la respiración, la emoción y la presencia. Lo que proponemos es único: es un congreso espiritual y holístico, sí, pero llevado a un formato vivencial. Todo lo que se comparte —desde soberanía personal hasta propósito, abundancia, ancestralidad o alimentación consciente— se integra a través de prácticas guiadas, dinámicas grupales, talleres corporales, canto, danza, música-medicina y momentos de introspección. La persona que llega por primera vez se encuentra con una mezcla muy potente: música que abre el corazón, charlas transformadoras, talleres de yoga, respiración, alimentación y ritualidad, prácticas de movimiento y voz, experiencias de expansión emocional y energética. Y algo que para nosotras es clave: el networking consciente. Generar alianzas es parte esencial del espíritu Vibra. 

En la Feria de Saberes, las participantes pueden compartir sus proyectos, activar colaboraciones y potenciar sus dones en la comunidad. La edición anterior fue prueba de que cuando las Almas se encuentran en una frecuencia elevada, las alianzas se expanden de manera natural y poderosa. En síntesis: VibraFest es una experiencia que se vive con el cuerpo, con el alma y con la comunidad. 

-Muchos emprendimientos de bienestar fracasan por falta de comunidad. ¿Cómo construiste la tuya y cómo pensás expandirla?

-La comunidad se construye desde adentro. La semilla es la Frecuencia, el Propósito, el “para qué” pero después hay que sostener esa creación. Y ahí viene el desafío. Tal vez desde afuera parezca sencillo, pero detrás de sostener una comunidad así de grande hay mucha labor cotidiana, entrega y dedicación permanentes. VIBRA nació de un lugar muy íntimo: de mi propio proceso de transformación y de compartir herramientas que a mí me habían cambiado la vida. No salió de una estrategia, sino de un proceso de transformación.

La gente no se acerca al “qué hacés”, sino a lo que transmitís. Hace años que abro espacios donde la voz, el cuerpo, la espiritualidad y la soberanía personal se pueden vivir, como experiencia. Las peregrinaciones, los programas como El Camino de la Diosa, las ceremonias, los talleres… todo eso fue creando un tejido que hoy es esa comunidad. Y creo que ese es el diferencial: VIBRA no es un grupo de personas que sigue contenido. Es una Tribu que se reconoce, que se sostiene y que crece junta y que abre los brazos a cada Alma que llega a celebrar la Vida. En cuanto a la expansión, mi objetivo es seguir creando esos espacios donde las personas puedan experimentar. Porque la experiencia es lo que ancla, lo que une, lo que genera la verdadera transformación. Por eso estamos desarrollando nuevos programas, certificaciones y peregrinaciones, pero todos con la misma raíz: comunidad, bienestar, propósito, soberanía, alegría… coherencia. 

-VibraFest combina espiritualidad, música, workshops y movimiento. ¿Qué criterios usás para elegir a los instructores y curar la programación? 

-La curaduría de VibraFest es un proceso muy profundo. No elegimos mentores por tendencia, sino por frecuencia. Cada persona que forma parte del equipo tiene un mensaje real, y vive la filosofía VIBRA desde la coherencia. Después, curamos la programación desde una visión integral: espiritualidad, música, movimiento, workshops, ancestralidad, soberanía personal, alimentación consciente, propósito y abundancia. Todas las piezas tienen que dialogar entre sí para crear una experiencia que eleve, inspire y ancle transformación. Los mentores son referentes en su campo, sí, pero sobre todo que ponemos el foco en la capacidad de bajar conceptos al cuerpo, de generar espacio para la emoción, de abrir experiencias que dejen huella. VibraFest no es un congreso teórico: es un festival vivencial. 

Por eso cada especialista debe tener el don de guiar procesos reales y de sostener energéticamente a la comunidad. Y hay algo más: selecciono a personas que sepan trabajar desde la colaboración y no desde el ego. Porque VibraFest es comunidad, es tejido, es co-creación. Quienes están en el festival amplifican esa frecuencia. La programación final es un mapa: cada charla, cada taller y cada presentación musical está pensada para acompañar un proceso de expansión, para mover emociones, para abrir el corazón y para que la persona se vaya distinta. En ésta próxima edición el objetivo es llevar lo que vivimos en los Talleres, Certificaciones y Peregrinaciones a esa Experiencia intensiva. Va a ser muy “experiencia Vibra”. Ese es el criterio que guía todo: ¿transforma? ¿eleva? ¿ancla propósito? Si la respuesta es sí, entonces es Vibra.

-¿Cuál es el impacto que buscás generar con VibraFest en este 2026 y qué planes tenés para el futuro del proyecto? 

-El lema de VIBRA es “viniste a ser feliz, no te distraigas”… eso quiero. Que quienes participen de los programas de VIBRA, en Vibra Fest o de las peregrinaciones y retiros en Francia, Italia o Egipto se encuentren con la Vida, con la alegría, con claridad, con energía, con propósito, con nuevas alianzas y con una comunidad que realmente las sostiene. Una experiencia colectiva puede transformar trayectorias personales y profesionales. Por eso la intención es que VibraFest 2026 sea un portal de expansión: que potencie proyectos, que conecte talentos, que fortalezca la soberanía personal y que abra nuevas posibilidades para cada Alma. No sé si pienso en “más grande”, sino en más profundo, más real y más tangible para la Humanidad. 

Que llegue quien tenga que llegar. Ni buscamos lo masivo… sino lo auténtico. VIBRA está creciendo muchísimo como plataforma global de desarrollo personal. Tenemos Programas muy transformadores como “El Camino de la Diosa”, la “Certificación Guardiana de Círculos Sagrados”, “Vibra Alto”, “Focus”, y ahora vivimos un hito en la historia de VIBRA: Estamos lanzando un programa junto a Kathleen McGowan, la referente número uno en el mundo sobre María Magdalena, y eso ya es un paso enorme! Mi libro El Camino de la Diosa está siendo un recurso de transformación para muchísimas mujeres, y este programa con Kathleen potencia mucho ese mensaje. Va a ser verdaderamente único en todo mundo. Tener a una referente como ella comaprtiendo el espacio, es muy importante. Ella trae la información y yo la manera de llevarlo a lo cotidiano. De llevarlo a lo tangible. Si me preguntás por el objetivo: llevar la espiritualidad a lo cotidiano, que la transformación sea real. Y para lograrla, siento que hay un solo camino, y es crear el espacio para que las personas puedan hacer su propio proceso.

En Vibra “nadie salva a nadie”. Creamos estructuras responsables y profesionales y compartimos las herramientas para que cada quien pueda transitar su camino interno con sostén, presencia y claridad. El impacto de un Alma que encuentra bienestar integral es expansivo. Pienso que la puerta del cambio se abre desde adentro, y que ese cambio se irradia desde el propio metro cuadrado. Cuando una persona se transforma, inevitablemente transforma su entorno. Y desde ahí, desde esa coherencia individual que se vuelve colectiva, ya estamos cambiando a la Humanidad. Es fundamental tomar consciencia de la importancia que tiene el propio proceso personal en lo colectivo, sentirnos parte de eso, de nuestro granito de arena. Y también sentirnos parte de la historia. No somos ajenos a lo que sucede, somos lo que sucede. Estamos escribiendo la historia y urge hacernos responsables… desde el metro cuadrado. ¡Viniste a ser feliz, no te distraigas!