Caos aéreo en EE.UU.: cancelan vuelos en 40 aeropuertos por el cierre de gobierno
La falta de controladores aéreos y personal de seguridad,afectados por la parálisis presupuestaria, provocó ayer la cancelación y suspensión de servicios en los aeropuertos de Nueva York, Washington, Chicago, Los Ángeles, Miami y San Francisco, entre otros. Por el momento comprende solo a servicios regionales, no internacionales. Las autoridades redujeron el tráfico aéreo por temor a un accidente. Esto ocurre en temporada alta de viajes. El “shutdown” lleva más de un mes y está causando estragos en la administración pública y el servicio de salud.
Cientos de miles de viajeros sufrieron ayer la cancelación de sus vuelos en Estados Unidos, en una jornada que fue caótica por la orden del gobierno de reducir el tráfico aéreo debido a la falta de personal especializado, afectado por la parálisis presupuestaria que soporta la administración.
Entre otros, se vieron perjudicados los tres aeropuertos de Nueva York y los tres que dan servicio a Washington, además de los de Chicago, Los Ángeles, San Francisco, Miami, Boston, Filadelfia y Dallas.
American Airlines y United Airlines, dos de las principales compañías aéreas regulares estadounidenses, informaron la reducción de su actividad en un 4% a partir de ayer y durante todo el fin de semana. Eso supone “alrededor de 220 vuelos cancelados cada día” para la primera y “menos de 200 vuelos el viernes y el sábado” (ayer y hoy) para la segunda.
Delta, otro importante actor de la industria aérea estadounidense, canceló alrededor de 170 vuelos ayer y se prevé una cantidad similar para hoy y mañana. Esta compañía tiene “aproximadamente 5.000 salidas diarias”.
Temor a accidentes. La parálisis presupuestaria que obliga a cerrar servicios públicos federales es la más larga de la historia de EE.UU., y dejó sin su salario a decenas de miles de controladores aéreos y personal de seguridad aeroportuaria, lo que provoca escasez de personal en el sector.
Frente a la crisis, el gobierno de Donald Trump comenzó a aplicar desde ayer una reducción del 10% de los vuelos en los aeropuertos más importantes del país.
De esta manera, la Casa Blanca pretende rebajar “la presión” sobre los pocos controladores aéreos que siguen yendo a trabajar y así evitar que ocurran accidentes.
Vuelos nacionales y regionales. Las cancelaciones de vuelos se suman a las largas filas en los controles de seguridad, gestionados por agentes que también llevan más de un mes sin cobrar.
Estas medidas se implementan justo cuando el país entra en su temporada alta de viajes, ya que este mes se conmemora el Día de los Veteranos y se festeja el Día de Acción de Gracias, dos eventos que propician un gran flujo de viajeros.
“Si tiene que asistir a una boda, un funeral o cualquier otro evento importante en los próximos días, teniendo en cuenta el riesgo de cancelación de vuelos, le aconsejo que compre un boleto de repuesto en otra compañía”, sugirió el director de la aerolínea de bajo costo Frontier, Barry Biffle, en redes sociales.
La cuestión que asalta a los estadounidenses es qué vuelos se ven afectados: por el momento, estarán a salvo los internacionales de larga distancia, precisaron United y Delta.
United dijo en un comunicado que las cancelaciones se concentran en “los vuelos nacionales y regionales que no conectan” con sus centros de operación aeroportuarios.
En un correo electrónico enviado a sus clientes, la compañía precisó que los trayectos “entre hubs (centros de operaciones)” de Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles, Newark, San Francisco y Washington Dulles, no se verán perturbados.
Más “perturbaciones”. American Airlines calcula “unos 6.000 vuelos diarios”. “Con la llegada del Día de Acción de Gracias, si seguimos en esta situación, va a ser duro. Actuaremos en lo que respecta a la seguridad. Pero habrá más perturbaciones”, advirtió el secretario de Transporte, Sean Duffy, en declaraciones a Fox News.
Las principales compañías estadounidenses han informado que sus clientes pueden modificar su viaje o solicitar el reembolso sin penalización económica.
El bloqueo presupuestario récord ya ha trastornado gravemente durante toda la semana el control aéreo. “La mitad de nuestros treinta aeropuertos principales sufren escasez de personal” y “casi el 80% de los controladores aéreos están ausentes en los aeropuertos de Nueva York”, comunicó el regulador aéreo estadounidense (FAA) el 31 de octubre.
“Tras 31 días sin recibir sueldo, los controladores aéreos están sometidos a un estrés y un cansancio enormes”, remarcó la FAA.
Alrededor de 14 mil operadores aéreos vigilan el cielo estadounidense y, en estos momentos, no están recibiendo sus sueldos. Los que van a trabajar lo hacen porque tienen que mantener una prestación mínima al ser un servicio esencial.
Choque político. El gobierno ha estado parcialmente paralizado desde que el Congreso no logró aprobar un proyecto de ley para mantener financiados los departamentos y agencias federales después del 1° de octubre, cuando comenzó el nuevo año fiscal.
Los republicanos, que disponen de mayorías muy estrechas en ambas cámaras, quieren que cinco senadores demócratas secunden su resolución legislativa para mantener el financiamiento hasta finales de noviembre, mientras discuten los temas presupuestarios de fondo.
Pero el Partido Demócrata, que ve con alarma cómo Trump utiliza todo el poder a su alcance para imponer su agenda, lo rechaza. Su exigencia es que todas las propuestas de salud de las reformas republicanas sea frenado en seco y que sea discutido de nuevo, desde cero, lo que significa desmantelar buena parte de una gigantesca ley que Trump logró aprobar hace menos de seis meses.
*AFP
Qué es el ‘shutdown’ y por qué se produce
El cierre de gobierno o shutdown en Estados Unidos es una grave situación que se produce cuando el Congreso, dividido por cuestiones políticas, no logra ponerse de acuerdo a tiempo para aprobar el presupuesto del Estado.
En esencia, es una interrupción parcial o total de las operaciones del gobierno federal por falta de fondos, lo que lleva a la administración a no poder operar en forma cotidiana.
Se suele llegar a este escenario debido a un desacuerdo político entre la Casa Blanca (Poder Ejecutivo) y el Congreso (Poder Legislativo), usualmente entre demócratas y republicanos, sobre temas presupuestarios o políticas específicas. En este caso los demócratas se niegan a sentarse a negociar si el gobierno de Donald Trump no anula las leyes que eliminan los subsidios médicos para millones de personas.
Cuando se produce el cierre, el gobierno suspende la prestación de la mayoría de los servicios considerados “no esenciales”, como museos y parques nacionales. Cientos de miles de empleados federales “no esenciales” son suspendidos temporalmente sin sueldo. Los empleados considerados “esenciales”, como controladores aéreos, deben seguir trabajando, pero sin sueldo.
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