“Departamento de Guerra”, para darle una imagen de victoria y fuerza a EE.UU.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó cambiarle el nombre al Departamento de Defensa para enviar un “mensaje de victoria al resto del mundo”. Dijo que la actual denominación, vigente desde hace más de 70 años, era demasiado “progresista”. El argumento del magnate inmobiliario es que el nuevo nombre “es mucho más apropiado a la vista de cómo está el mundo ahora mismo”. Incluye varias reformas militares.
El presidente Donald Trump firmó un decreto destinado a rebautizar el Departamento de Defensa de Estados Unidos como Departamento de Guerra, y sostuvo que con esa medida quería enviar un “mensaje de victoria” y “de fuerza” al resto del mundo.
“Es un nombre mucho más apropiado a la vista de cómo está el mundo ahora mismo”, dijo Trump a los periodistas en el Despacho Oval, flanqueado por el nuevo “secretario de Guerra”, Pete Hegseth.
El expresentador de Fox News, Hegseth, adoptó rápidamente el cambio y publicó un video de una nueva placa que decía “Secretario de Guerra” pegada en su puerta en el Pentágono.
El veterano de combate, nombrado por Trump para liderar una importante reforma del extenso departamento, dijo que el cambio “no se trata solo de cambiar el nombre, se trata de restaurar el espíritu guerrero”. “Máxima letalidad, no una letalidad tibia. Efecto violento, no políticamente correcto. Vamos a formar guerreros, no solo defensores”, dijo Hegseth.
Mientras tanto, Trump incluso pareció culpar de las desventuras militares de Estados Unidos desde sus victorias en las guerras mundiales Primera y Segunda a la decisión de llamarlo Departamento de Defensa, tomada en 1949.
“Podríamos haber ganado todas las guerras, pero realmente elegimos ser muy políticamente correctos o ‘woke’ (progresistas)”, dijo Trump.
El ahora Departamento de Guerra, cuya sede es el edificio en las afueras de Washington conocido como el Pentágono, tiene más de tres millones de empleados militares y civiles.
Las fuerzas armadas estadounidenses son las más potentes del mundo, aunque bajo la creciente competencia de China.
Trump aseguró que mandará ese cambio de nombre al Congreso, que en principio tiene la última palabra al respecto, aunque no aclaró si la orden necesitaría de algún tipo de votación.
“Ya veremos, pero no estoy seguro de que necesiten hacerlo”, comentó el mandatario republicano. Formalmente, por el momento se trata de una denominación “suplementaria”, según un documento distribuido por la Casa Blanca.
Un alto responsable del ministerio indicó que el costo de esta operación, potencialmente muy costosa, se volvería “más claro” a medida que se fuera implementando.
“Demasiado defensivo”. No es la primera vez que el republicano, de 79 años, impone sus ideas sin pasar por la vía legislativa. Su segundo mandato está marcado por una voluntad asumida de ampliar el poder presidencial, a golpe de decretos y decisiones que invaden las prerrogativas del Congreso.
Desde su regreso a la Casa Blanca, en enero, Trump ha movilizado al ejército para imponer una imagen de poder espectacular y satisfacer su apetito por los fastos militares. Organizó un raro desfile el día de su cumpleaños y desplegó a la Guardia Nacional en ciudades gobernadas por sus opositores demócratas.
El dirigente republicano ha remodelado en su segundo mandato el Estado Mayor estadounidense para rodearse de altos mandos elegidos por él mismo, y nombró, en la persona de Hegseth, a un ministro de lealtad incuestionable.
El jefe del Pentágono, adepto de un discurso virilista y de operaciones de comunicación musculosas, dijo que el objetivo del ejército estadounidense era alcanzar “una letalidad máxima, no una letalidad tibia”. Se trata, dijo, de plantar cara a lo “políticamente correcto”.
Una vuelta al pasado. El Departamento de Guerra, el nombre elegido por Donald Trump para el Departamento de Defensa, es de hecho una nomenclatura antigua en la historia gubernamental estadounidense. El Departamento de Guerra se estableció en agosto de 1789 para supervisar el ejército, la marina y el cuerpo de marines de Estados Unidos.
Es después de la II Guerra Mundial que este departamento experimenta una profunda reorganización. Los cambios comenzaron con el presidente Harry Truman, en 1947. Dos años más tarde, la normativa se modificó para darle el nombre oficial de Departamento de Defensa.
Washington analiza ataques a carteles
R.P.
El gobierno de Donald Trump estaría barajando diversas “opciones” para desarticular los carteles de droga que operan en Venezuela, lo que elevaría peligrosamente la tensión con el país caribeño.
Así lo señalan varias fuentes militares consultadas por la cadena estadounidense CNN, que sostiene que entre ellas figuran la posibilidad de atacar a las bandas directamente dentro del territorio venezolano.
El secretario de Estado, Marco Rubio, no descartó esa posibilidad cuando le consultaron si Estados Unidos estaría considerándola. “Esta es una operación antidrogas. Vamos a enfrentarnos a los carteles de droga dondequiera que estén y operen contra los intereses de Estados Unidos”, dijo.
Los asesores de Trump consideran que la desarticulación de carteles de narcotraficantes venezolanos podría presionar a figuras cercanas a Maduro, que se vienen beneficiando de esos ingresos ilícitos, y de esa manera el régimen podría caer en el caos político.
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