El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cometió un desliz político al compartir en las redes sociales una fake news sobre la situación social en Argentina. Se trata de un video sobre saqueos a comercios y supermercados tomado por un canal chileno, pero que en realidad habían ocurrido en el 2023, durante la última etapa del gobierno de Alberto Fernández.
El video había sido subido engañosamente por un usuario de Twitter como si fuera actual, y el presidente Petro lo retuitió destacando las escenas de disturbios.
La publicación fue eliminada minutos después de la cuenta del mandatario colombiano, luego de que usuarios le advirtieran que las imágenes no eran actuales y correspondían a episodios registrados en la Argentina en 2023.
“Se lanzan ciudadanos argentinos a saquear establecimientos de comida en las afueras de Buenos Aires”, escribió el mandatario en su cuenta de X, que tiene 8 millones de seguidores.
El video había sido viralizado previamente por una turbia cuenta argentina y correspondía a un informe que había utilizado imágenes del canal chileno El Trece.
El material mostraba episodios ocurridos hace más de dos años en el conurbano bonaerense y en las provincias de Córdoba, Neuquén y Mendoza, en el marco de la campaña previa a las elecciones presidenciales. En aquel momento, el gobierno de Alberto Fernández calificó los hechos como “episodios de seguridad puntuales, organizados por bandas de delincuentes”, y descartó vincularlos con la pobreza o con motivaciones políticas.
Choque ideológico. El episodio se produjo en un contexto de vínculo tenso entre Petro y el presidente Javier Milei. Desde la asunción del mandatario argentino, en diciembre de 2023, ambos protagonizaron una serie de cruces públicos que impactaron en la relación bilateral.
En marzo de 2024, Milei calificó a Petro de “asesino terrorista” por su pasado en la guerrilla colombiana. El presidente colombiano respondió al definir a su par argentino como “neonazi” y, meses después, lo describió como un “potencial dictador”, al considerar que sus discursos eran “anacrónicos”.
Tras un período de distensión diplomática, marcado por gestos de acercamiento entre ambas cancillerías, el episodio volvió a poner en evidencia la fragilidad del vínculo político entre ambos presidentes y el peso que las redes sociales tienen en esa relación.