EE.UU. apunta contra el tráfico de petróleo venezolano para debilitar a Nicolás Maduro
Tras incautar uno de los buques más grandes de transporte de crudo venezolano, Washington impuso sanciones contra seis navieras que supuestamente triangulan ventas encubiertas de petróleo para el país caribeño. Así perjudican la principal fuente de ingresos del régimen, con una economía ya deficiente. Si continúan, las finanzas del gobierno de Maduro se verían seriamente perjudicadas. Se cree que el petrolero incautado iba a un puerto cubano. “Estas acciones repercuten negativamente en Cuba”, dijo el gobierno de la isla, principal aliado venezolano.
Estados Unidos impuso nuevas sanciones contra seis navieras que transportan crudo de Venezuela, luego de incautar un petrolero durante la semana, en una operación de gran envergadura destinada a debilitar la economía del régimen de Nicolás Maduro y así lograr su salida.
El despliegue del miércoles pasado para tomar el buque cargado de crudo venezolano se hizo con gran espectacularidad militar, buscando demostrar que las fuerzas estadounidenses están listas para avanzar en la ofensiva contra el chavismo. El operativo incluyó marines bajando en rápel desde helicópteros hasta el carguero, llamado Skipper, para luego desviarla hacia la costa de E.E.UU.
Skipper es un buque con falsa bandera guyanesa y fue sancionado por el Departamento del Tesoro estadounidense en 2022 por presuntos vínculos con la Guardia Revolucionaria iraní y Hezbolla, según el sitio especializado Marine Traffic. Irán es uno de los principales aliados de Venezuela.
Washington sostiene que el petrolero llevaba 1,1 millones de barriles, aunque el gobierno venezolano eleva esa cifra a 1,9 millones.
Medios estadounidenses señalaron que el crudo iba hacia Cuba, cuyo gobierno no lo confirmó oficialmente, pero en un comunicado admitió que “estas acciones repercuten negativamente en Cuba y recrudecen la política de máxima presión y asfixia económica de EE.UU., con un impacto directo en el sistema energético nacional y, por consiguiente, en la vida diaria de nuestro pueblo”.
El corazón económico de Venezuela. El operativo contra el petrolero no fue una acción más de la flota que Estados Unidos tiene en el Caribe, sino parte de un plan más amplio que busca debilitar la economía venezolana, según sostienen los analistas.
En ese marco, el gobierno de Donald Trump anunció nuevas sanciones contra compañías navieras y buques que, según afirma, ayudan a transportar petróleo venezolano en forma encubierta.
Hasta ayer había al menos ocho petroleros bajo sanciones estadounidenses relacionados con Irán o Rusia cerca de puertos venezolanos o frente a sus costas.
Maduro calificó la incautación como un “robo descarado” de Washington, que para Caracas constituye una prueba de que “el objetivo siempre ha sido apoderarse del petróleo venezolano”.
El país sudamericano cuenta con las mayores reservas del mundo, unos 303.221 millones de barriles, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), por encima de Arabia Saudita (267.200 millones) e Irán.
Años de mala gestión y corrupción han provocado una caída de producción de su pico de 3 millones de barriles diarios a un mínimo histórico de 350 mil barriles en 2020.
La producción subió a 930 mil barriles diarios en 2025. Analistas coinciden en que será difícil crecer mucho más a corto plazo ya que la industria requiere grandes inversiones, imposibles bajo las sanciones actuales, incluso con la incorporación de actores chinos y rusos.
Para eludir las sanciones, Caracas recurre a “buques fantasma”, navíos que evaden el embargo con artimañas como usar banderas falsas, esconder su señal de radares y programar rutas ficticias. Hasta ahora, Estados Unidos toleró este tipo de estrategia. Sin embargo, parece estar cambiando hacia medidas más duras.
Pérdida económica. Solo con la incautación de este buque, Caracas perdió entre 50 y 100 millones de dólares, según las diferentes estimaciones.
Los compradores de crudo venezolano se exponen a sanciones estadounidenses y Venezuela se ve obligada a vender por debajo del precio de mercado, con descuentos de hasta el 20%.
En estas operaciones los pagos se efectúan en criptomonedas estables, principalmente USDT, para evadir las sanciones.
Con la incautación, Trump envía un “mensaje duro a Maduro, diciéndole ‘podemos seguir incautando barcos’”, explica Elías Ferrer, de la firma Orinoco Research. El experto dice que falta ver si el decomiso del Skipper es un “farol” (engaño) o si continuarán las incautaciones.
Para Francisco Monaldi, economista del Baker Institute, si las incautaciones se generalizan “eso llevaría a la flota que opera en el mercado negro a temer acercarse a Venezuela, por perder sus naves. Aumentaría la prima de riesgo y, por tanto, los descuentos que serían muy elevados”. “El doble impacto de descuentos y menores volúmenes exportados podría entonces tener un efecto muy importante” en la vida económica, precisa.
*AFP
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