EE.UU. presiona a las potencias árabes para avanzar con la fuerza de paz en Gaza
El presidente Donald Trump se muestra optimista y asegura que la Fuerza de Estabilización Internacional será establecida “muy pronto”, pero los países árabes exigen que antes de enviar sus tropas al enclave deben contar con el aval de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. También quieren que se resuelva antes el conflicto latente por la presencia de grupos islámicos. Esto demora la Fase 2 del plan de paz, que implica la desmilitarización de la Franja y el desarme de Hamas, cuyas milicias siguen teniendo el control de algunos sectores.
El presidente estadounidense, Donald Trump, sostuvo esta semana que una fuerza internacional de estabilización coordinada por Washington será desplegada “muy pronto” en Gaza, donde el plan de paz avanza lentamente. Su visión optimista contrasta con la posición de las potencias árabes que aportarán tropas, ya que antes quieren resolver la situación de Hamas y tener el aval de las Naciones Unidas.
En un intento por dar respuesta a las inquietudes de sus socios de Medio Oriente, Washington presentó un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de la ONU destinado a apoyar el plan de paz en el territorio palestino, que incluye el despliegue de una fuerza internacional.
“Muy pronto. Va a suceder muy pronto. Y las cosas van bien en Gaza”, insistió Trump durante un evento en la Casa Blanca al referirse a esta fuerza que probablemente incluirá tropas de Egipto, Qatar, Turquía y Emiratos Árabes.
Según fuentes diplomáticas, varios países ya han expresado su disposición a participar en esta fuerza, aunque insisten en que se requiere un mandato del Consejo de Seguridad para desplegar tropas en el territorio palestino.
El embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, se reunió el miércoles con los diez miembros del Consejo de Seguridad, así como con otros actores claves (Egipto, Qatar, Emiratos Árabes, Arabia Saudita y Turquía), informó un portavoz de la misión en un comunicado, señalando el “apoyo regional” a la propuesta.
Esta fuerza está prevista en el acuerdo que condujo a un frágil alto el fuego el 10 de octubre entre Israel y Hamas en Gaza, territorio palestino que enfrenta una situación humanitaria aún muy precaria tras dos años de guerra.
Según los términos de ese acuerdo, el despliegue estará compuesto mayoritariamente por una coalición de países árabes y musulmanes, y servirá para supervisar la seguridad a medida que el ejército israelí se retire de Gaza.
Fase 2. Pero la situación aún es muy frágil en el enclave palestino. La Fase 2 del plan de paz propuesto por Trump, conocida como la etapa de “estabilización y reconstrucción”, se centra en el objetivo a largo plazo de desmilitarizar completamente de Gaza, asegurar una gobernanza estable y reconstruir el territorio.
Esta fase se iniciará formalmente tras la culminación de la Fase 1, que es la liberación de todos los rehenes y la liberación de prisioneros palestinos, algo que está en proceso de finalización. No obstante, el inicio de la Fase 2 se vio tensado por el incumplimiento de Hamas en la entrega total de los cuerpos de los rehenes fallecidos.
Además, sectores disidentes de Hamas y de fuerzas vinculadas a la organización terrorista siguen combatiendo en algunos lugares. El pilar de la Fase 2 es garantizar que Gaza se convierta en una “zona desradicalizada y libre de terrorismo que no represente una amenaza para sus vecinos”.
La Fuerza de Estabilización Internacional, que será provisoria, deberá supervisar la seguridad y prevenir el rearme. También tendrá la tarea de entrenar a una fuerza policial palestina reformada y desradicalizada, capaz de garantizar la seguridad y el orden sin la injerencia de grupos armados.
Transición. El plan ha contemplado, en algunas versiones, un período de transición en el que un comité o fideicomiso liderado por Trump supervisaría la administración, con el fin de reconstruir las instituciones y preparar el terreno para un gobierno palestino estable.
Aunque el plan busca un gobierno palestino que asuma el control, enfatiza que esto solo ocurrirá después de que la Autoridad Palestina (AP) implemente ciertas reformas que garanticen que Gaza será gobernada por una entidad que repudie el terrorismo. Hamas, por su parte, ha rechazado la intervención extranjera o el dominio de la AP en la Franja.
La gobernanza incluirá programas obligatorios de desradicalización para educar a la población, particularmente a los jóvenes, en la “coexistencia pacífica” y la condena del terrorismo.
El plan promete una reurbanización a gran escala de la Franja de Gaza, con el objetivo de convertirla en un territorio próspero. La reconstrucción se llevaría a cabo con apoyo árabe e internacional. Varios países han expresado interés en contribuir financieramente a la reconstrucción, pero una vez que se garantice la desmilitarización: otra vez el escollo es la presencia de Hamas.
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