La vocación de Prevost desde pequeño y su misión pastoral en Perú, durante la época más violenta

Los peruanos festejaron entusiasmados la elección de Robert Prevost (69 años) como nuevo papa. No es para menos, ya que el Pontífice, nacido en Chicago, Estados Unidos, también tiene la nacionalidad peruana. 

Su pastoral en la provincia costera peruana de Chiclayo, en el norte, se extendió durante cuarenta años. Es decir, más de la mitad de su vida lo pasó en el país sudamericano. Llegó allí en 1985, tres años después de ordenarse sacerdote. 

El relato de sus hermanos. Su vocación se definió muy temprano, según contaron sus hermanos, John y Louis Prevost, a varios diarios estadounidenses. “Rob supo que sería sacerdote desde que aprendió a caminar. Jugaba al sacerdote, y la tabla de planchar era su altar. Daba la comunión con obleas Necco, mientras nosotros jugábamos a policías y ladrones”, cuentan.

León XIV fue el menor de tres hijos criados por un padre superintendente de escuela y una madre bibliotecaria, en los suburbios del sur de Chicago. “Tuvimos una infancia normal. Es un poco extraño, pero los tres sabíamos lo que queríamos hacer desde pequeños”, dijo Louis.

Los hermanos remarcaron que Robert era un apasionado del béisbol cuando era chico, y su equipo favorito era los White Sox. “Es un fanático incondicional, un tipo normal, salvo que ahora dirige la Iglesia católica”, bromeó John.

Pastoral y pobreza. La zona donde Prevost ejerció su ministerio, Chiclayo, cuenta con distritos urbanos y rurales. Hay una gran pobreza en toda la región y como pastor se abocó de lleno a tratar de solucionar la situación de la gente.

En Perú, en 1985, se unió a la orden de San Agustín. Luego, durante diez años, dirigió el seminario agustiniano de la ciudad norteña de Trujillo. Actualmente, siempre que puede destaca que es “agustino”.

También ejerció su trabajo en las comunidades humildes de Apurímac (andina) e Iquitos (amazónica), donde hay poblaciones muy pobres y necesitadas.

Misionó en períodos muy difíciles para los peruanos, especialmente entre 1988 y 1998, donde la violencia había crecido a niveles desmesurados a raíz de los enfrentamientos entre la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y la represión estatal lanzada por el gobierno de Alberto Fujimori. Prevost cuestionaba a ambos por igual.

Siempre condenó las violaciones a los derechos humanos y la represión salvaje de Fujimori. Incluso criticó la decisión del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski cuando en 2017 le otorgó el indulto a Fujimori.

En 2015 le otorgaron la nacionalidad peruana.

Cercano a Francisco. Prevost  formó parte de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) entre 2018 y 2023, de la que fue vicepresidente segundo, y fue administrador apostólico del Callao, la provincia portuaria anexa a Lima, entre 2020 y 2021.

Tiene una gran facilidad para los idiomas. Es políglota: habla el español, italiano, francés, portugués. También lee el latín y el alemán.

Francisco le tenía mucho respeto y cariño. En 2023 lo llevó a Roma y le otorgó la dirección del Dicasterio para los Obispos, un cargo clave en su carrera.