Qué impacto tuvieron los ataques de Israel en el programa nuclear iraní
El gobierno israelí sostiene que sus ataques afectaron seriamente las plantas nucleares iraníes y, especialmente, los equipos de enriquecimiento de uranio. Los especialistas afirman que hubo daños significativos, pero limitados, lo que le permitirá a Teherán continuar con el desarrollo. También explican que no hubo filtraciones, por lo que no representa ningún peligro para la población. En qué instancia se encuentra Irán para poder construir una bomba atómica.
El programa nuclear de la República Islámica de Irán era el objetivo central de los ataques de Israel. Y según ellos, lograron dañar seriamente las principales instalaciones. Pero los expertos no están convencidos y señalan que el golpe fue limitado.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó el ataque asegurando tener informaciones de que Irán se acerca a un “punto de no retorno” para obtener el arma nuclear.
Aquí un resumen de las consecuencias del ataque y las perspectivas del programa nuclear persa.
El alcance de los daños. “Israel puede dañar el programa nuclear iraní, pero es poco probable que pueda destruirlo”, declaró Ali Vaez, investigador del International Crisis Group, de Estados Unidos.
La razón, explica, es que Israel no dispone de las potentes bombas necesarias “para destruir las instalaciones fortificadas de Natanz y Fordo”, enterradas a gran profundidad.
Para ello necesitaría “la asistencia militar estadounidense”, confirma Kelsey Davenport, experta del Arms Control Association. Y agrega que los conocimientos adquiridos por Teherán no pueden ser aniquilados, aunque hayan muerto nueve científicos en los ataques.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), citando información de las autoridades iraníes, declaró que el ataque “destruyó” la parte situada en la superficie del centro de enriquecimiento de uranio de Natanz, en el centro del país.
Esta destrucción, confirmada por imágenes de satélite, es “significativa”, según un informe del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS), organización estadounidense especializada en proliferación nuclear.
Los ataques al suministro eléctrico “pueden causar graves daños” a las miles de centrifugadoras usadas para enriquecer uranio, “si se agotan las baterías de reserva”.
El instituto cree que Natanz “no podrá operar durante cierto tiempo”.
El otro centro de enriquecimiento de uranio, Fordo, al sur de Teherán, también fue atacado. Según las autoridades iraníes, los daños infligidos fueron menores.
La planta de conversión de Isfahán, en el centro de Irán, también fue blanco de los ataques israelíes. En este complejo se encuentran supuestamente las grandes reservas de uranio altamente enriquecido.
Qué ha ocurrido con estas reservas. Por el momento es imposible saberlo. “Si Irán consigue transferir algunas de ellas a instalaciones secretas, Israel habrá perdido la partida”, subraya Vaez.
Riesgo para la población. La agencia nuclear de la ONU no reportó un aumento de los niveles de radiación alrededor de las distintas plantas afectadas.
“Hay muy pocos riesgos de que los ataques a las instalaciones de enriquecimiento de uranio provoquen emisiones radiactivas peligrosas”, indica Davenport.
Pero un ataque contra la central nuclear de Bushehr, en el sur del país, sí podría tener “graves consecuencias para la salud y el medio ambiente”, añade.
Los emplazamientos nucleares “nunca deben ser atacados, sea cual sea el contexto o las circunstancias, ya que podría perjudicar a la población y al medio ambiente”, insistió el viernes el director general del OIEA, Rafael Grossi.
Irán y la posibiliad de obtener la bomba atómica. Tras la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018 del acuerdo nuclear internacional, Irán se desentendió gradualmente de ciertas obligaciones y aceleró el enriquecimiento de uranio muy por encima del límite fijado en el 3,67%.
A mediados de mayo, el país disponía de 408,6 kg de uranio enriquecido al 60%, no tan lejos del 90% necesario para diseñar una bomba atómica.
Irán es el único Estado no poseedor de armas nucleares que produce este tipo de material, indicó el OIEA, que también lamentó la falta de cooperación de Teherán.
Sin embargo, “el organismo no tiene indicios creíbles de un programa nuclear estructurado” destinado a adquirir armas nucleares, como pudo ocurrir en el pasado. Teherán niega tener tales ambiciones.
“Hasta ahora, los costes relacionados con la militarización superaron a los beneficios. Pero ese cálculo podría cambiar en las próximas semanas”, advierte Kelsey Davenport.
“Los ataques israelíes hicieron retroceder a Irán a nivel técnico, pero políticamente lo acercan a las armas nucleares”, añade.
Sobre todo porque ahora existe “un riesgo real de desvío de uranio enriquecido”, una operación que “podría pasar desapercibida durante semanas”, ya que los ataques actuales impiden a los inspectores del OIEA acceder a los emplazamientos.
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