POLÍTICA Y LITERATURA

Federico Andahazi: "El kirchnerismo jamás fue de izquierda"

El escritor habló de su nuevo libro "Las huellas del mal" y de la política contemporánea vinculada con la literatura. "En algún momento de la vida te das cuenta que adoctrinar es imposible", afirmó. Por otra parte sostuvo que "el populismo, curiosamente, invierte los términos y ocupa el lugar de la izquierda cuando son, en realidad, la derecha".

Federico Andahazi Foto: Agencia Na

El psicólogo Federico Andahazi se refirió a su nuevo libro en donde cuenta que "los personajes se mueven entre la apología y el rechazo". Asimismo, en dialogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), aseguró que "el gran aporte que puede hacer un escritor al periodismo es el exceso de subjetividad en el análisis político". 

La novela de Las huellas del mal habla del asesinato de dos hermanitos. ¿Es un hecho verídico o es una creación tuya?

Esta novela se basa en un hecho real que no tuvo mucha trascendencia en la literatura, ya que el periodismo sí lo toma. Me sorprendió que no haya ningún escrito sobre este hecho que transcurrió en 1892 y que fue una bisagra en la historia de la humanidad en general, y de la literatura en particular.

Porque a partir de ese caso dejaron de tener sentido los policiales clásicos que la antecedieron, ya que el protagonista descubre que todos nosotros tenemos en la punta de los dedos el sello de todas nuestras acciones e inventa una forma para levantar esa huellas y hacerlas legibles. 

El episodio policial que lo desata es impresionante: En la lejana Necochea aparecen dos niños asesinados y, por primera vez, se logra resolver un crimen a partir de la dactiloscopia.

La identificación humana en ese momento era una carrera: en Francia estaba Bertillon, que hablaba de medidas anatómicas que no estaban muy encaminadas. En Italia estaba Lombroso, que afirmaba, con mucha polémica, que por los rasgos faciales se podía determinar la personalidad. Y así hubo varios casos más. 

Pero todos querían saber qué pasaba en el gabinete que Juan Vucetich tenía en la central policial de La Plata. De hecho, mandaron varios espías. Es una novela histórica, en ese momento parecía que Argentina iba a tomar un muy buen rumbo pero quedó trunco.

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Guillerno Piro (GP): En tu primera novela hablaste del descubridor del clítoris, Mateo Colombo. ¿Volviste, otra vez, a los orígenes con esta nueva novela? 

Sí, siempre me apasionaron esos personajes que quedaron sepultados con la historia, la literatura es un método de exhumación para darle una nueva vida. 

Vucetich tuvo un fantasma que lo merodeó siempre: el movimiento anarquista. donde él iba se armaban manifestaciones anárquicas porque se oponían a la identificación humana. De hecho murió perseguido por esas movilizaciones. 

Es paradójico porque establece un banco genético en el país y con eso se pudo conocer las víctimas de la dictadura militar, algunos de quienes iniciaron sus carreras como anarquistas. Todos estos sistemas de ideas fueron discutidos siempre y es bueno verlo desde las perspectiva histórica cómo fueron evolucionando y en algunos casos involucionando. Vucetich fue muy oscurecido por la policía.

En Croacia me encontré con un busto de Vucetich y me dijeron que la dactiloscopia era un invento de ellos. Fue ahí donde concluimos que el debate se iba a saldar con una novela que contara la verdadera historia de este personaje renacentista. Los personajes se mueven entre la apología y el rechazo.

Guillerno Piro (GP): Sos una persona que no tiene inconvenientes en confrontar políticamente con cualquier persona y esto te puede llevar a varias controversias, ¿cómo manejas eso?

Yo he sido un niño adoctrinado, pertenezco a una familia del partido comunista, me mandaron a un jardín y a una colonia comunista, inclusive. Me enerva ver que el Kirchnerismo se disfrace de izquierda, y me siento en la obligación de denunciar esa farsa.

Freud decía que educar es imposible, en algún momento de la vida te das cuenta que adoctrinar también es imposible. Basta ver este perverso grupo que atacó a Cristina. Son esa generación adoctrinada que se crio y creció en las escuelas de Cristina Kirchner.

En el periodismo clásico se sabe que un buen periodista es sin adjetivos, al revés que en la literatura. Es interesante que los escritores tengan para aportar al periodismo un lenguaje más hiperbólico que resulta más llamativo para la audiencia incluso...

Annie Emaux, ganadora del Nobel de Literatura 2022, justamente habla de cómo la literatura no tiene ningún pudor en hablar de primera persona. El gran aporte que puede hacer un escritor al periodismo es el exceso de subjetividad en el análisis político.

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Me sorprende cuando un periodista se disculpa "por ser autorreferencial", cuando uno siempre habla desde la subjetividad. Los mejores comunicadores fueron aquellos que no evitaron esta dimensión personal tan valiosa.

Vos sostuviste que al país lo gobierna un populismo de derecha. ¿Cómo calificarías a Horacio Rodríguez Larreta y a los llamados moderados del PRO?

Vengo de familia comunista, mi abuela estuvo presa en las cárceles de Perón por esa condición. Y tengo esa habilidad de reconocer la procedencia de la gente y anclaje político. El progresismo habita las ideas de Juntos por el Cambio.

Con el paso de los años vuelvo a reivindicar ese lugar de la izquierda como un lugar progresista. El populismo, curiosamente, se encarga de invertir los términos y ocupar el lugar de la izquierda cuando son, en realidad, la derecha.

Tengo la esperanza de que el progresismo que habita en Juntos por el Cambio, tenga el impulso de aquella unión democrática que tenía grandes principios, que desafortunadamente después quedaron oscurecidos con el peronismo.  

AO PAR