VIOLENCIA EN LA GENERAL PAZ

Sabina Frederic: "Esperábamos una autocrítica del ministro"

La ex ministra de Seguridad de la Nación criticó el accionar de Sergio Berni y analizó el valor simbólico de la golpiza que recibió: “Es contra una manera de representar de forma personalista”.

Sabina Frederic Foto: Captura de Youtube

Sabina Frederic afirma que Sergio Berni fracasó al intentar desactivar el conflicto en la protesta de los colectiveros. “Pareció tirar nafta al fuego y terminó con un hecho violento, lamentable y repudiable”, destacó la ex mininistra de Seguridad de la Nación en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (101.9).

¿Creés que lo que sucedió ayer con Sergio Berni representa algo más amplio que la agresión?

No hay que perder de vista la prioridad. Lo grave en este caso pasa por el homicidio del colectivero Daniel Barrientos. El encuentro que realizó el gobernador Axel Kicillof en La Plata junto a la UTA contribuyó a calmar los ánimos y darle una respuesta a los compañeros y colegas de Daniel.

Respecto a lo que sucedió con Sergio Berni, es necesario hablar del abordaje fallido que intentó el ministro de Seguridad. En lugar de desactivar el conflicto, parecía que había tirado nafta al fuego, algo que terminó con un hecho violento, lamentable y repudiable. Fue muy feo ver el modo en el que lo golpeaban, esto no le hace bien a nadie, el más perjudicado es él, pero la víctima sigue siendo el colectivero.

Para muchos, puede ser un nuevo punto de inflexión. Algunos esperábamos que hubiese una autocrítica sobre el proceder solitario y desinstitucionalizado del ministro, ya que no estaba acompañado por su propia custodia. La situación mostraba que tampoco ameritaba que insista en permanecer en el lugar y evidentemente tampoco contó con una información precisa y correcta para poder actuar de la mejor manera.

No hubo una autocrítica, algo que es un problema, no para él, sino para todos. No es posible que funcionarios del Estado no puedan admitir los errores, por más que no implique rasgarse las vestiduras o hacer un show con eso. 

¿El accionar del ministro corresponde a la idea de la espectacularización de la política?

Sí, creo que está en esa línea de poner en suspenso las ideas de Hobbes y de otros pensadores acerca del Estado y el uso legítimo de la violencia física, no solo personal, sino también institucional.

Es cierto que, en esa apuesta a la representación y a una narrativa que describe la realidad que no tiene nada que ver con lo que todos vimos, hay fisuras cada vez más grandes.

Esa representación a veces tiene eficacia simbólica, pero otras veces no, y creo que en el escenario en el que estamos es tremendamente delicado por una irritabilidad que se acumula por la pandemia, la inflación, el aumento de la pobreza, la precarización del empleo y situaciones  que muestran que la realidad económica de la Argentina es difícil. Esa representación no seduce ni conquista.

Esta mañana el ministro de Transporte, Jorge D' Onofrio, se hizo responsable por no haber colocado las cámaras de seguridad y contó que él no había tenido problemas en dialogar con los manifestantes, pero la llama de la indignación se encendió al momento en el que llegó Sergio Berni, ¿creés que el ataque iba dirigido al propio Berni o simboliza a la representación del Estado y a un clima de época que anticipa los resultados electorales? 

Yo creo que no es no es contra el Estado, es contra una manera de representar de forma personalista. Asumir la responsabilidad coloca al funcionario en otro lugar. Si uno no asume la responsabilidad y no revisa su actuación es un rechazado porque genera impotencia en la gente que vota y deposita una confianza en una tarea que tiene que ejercer el Estado. Es una forma de pensar la política y el Estado lo que la ciudadanía rechaza, no es el estado ni la política en su totalidad.

El ejemplo de D'Onofrio es de alguien que asume la responsabilidad y eso ya es un movimiento para la ciudadanía.

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¿Creés que fue correcta la actuación de la policía de la Ciudad de Buenos Aires en el proceso de rescate y desalojo de Berni?

Creo que sí. Es difícil tener un ministro de Seguridad de otro distrito que se resiste a hacer este evacuado del lugar. Entiendo que la policía hizo todo lo que pudo en ese contexto de una evacuación débil. Pero no me pareció correcto ese momento en que vimos a un miembro de la infantería pegándole con su escudo en el cuello a un colectivero que estaba hablando pacíficamente.

Evidentemente, no hubo un aviso del ministro, igual que nos pasó a nosotros aquel día en el Puente de La Noria, cuando atravesábamos la primera ola de la pandemia, en la que apareció en moto e insultó a la policía Federal. Hay un problema con la posición de Berni que va generando cada vez más dificultades y habría que indagar qué está pasando con los efectivos de la policía de la Provincia frente a esa forma de pensar la conducción.

¿Sentís que puede haber un resquemor con su propio jefe?

Sí, con él o con los mandos intermedios. Sé que hay un problema de reclutamiento para incrementar el número de efectivos. También  hay recargos de servicios y la gente no aguanta. Es una policía muy exigida y probablemente las demandas son múltiples. Nosotros necesitamos que las personas que cumplen el rol de policía estén en condiciones mínimas de dignidad en su trabajo.

Alejandro Gomel: Berni contó que en febrero del 2020 se había reunido con Alberto Fernández y pidió reinstalar el Operativo Centinela, aquel que había implementado en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y que, en ese momento, tuvo el apoyo del presidente, pero finalmente no se llevó a cabo. ¿El ministerio de Seguridad de la Nación fue quién rechazó este pedido? 

Nosotros nunca rechazamos los pedidos, no sé si esa reunión existió y hay muchas cosas que dice el ministro que no son ciertas, pero siempre que el presidente recibió un pedido del gobernador inmediatamente tratamos de encauzarlo y responder.

Si bien en marzo, cuando arrancó la pandemia, pusimos todas las fuerzas en controlar la circulación, de a poco fuimos incrementando el número, hasta que en abril del 2021 el presidente lanzó el Operativo Centinela II que llevó a 5000 la cantidad total de fuerzas generales en el Gran Buenos Aires. No sólo gendarmes, sino también prefectura y policía federal. En ese acto que se hizo en la Región Uno en Campo de Mayo, no estuvo el ministro de Seguridad de la Provincia porque una semana antes lo había empujado contra la pared al secretario de seguridad de la Nación, Eduardo Villalba, y la situación estaba muy tensa, no sólo con Nación, sino con los intendentes. 

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Jorge Fontevecchia: Vuelvo a la cuestión simbólica, ¿creés que existen situaciones en el mundo en las que un ministro de Seguridad utilice su gestión y su "estilo Rambo" como  trampolín político?

Yo no conozco ejemplos en otros países, creo que es bastante argentino. El tema es que hay que sostener esa representación y, si bien puede ser que tenga eficacia electoral, o no, no tiene consecuencias reales sobre la mejora de la calidad de la vida de la gente. En términos de efectividad simbólica creo que el ejemplo de Patricia Bullrich es el mejor. Diría que ella copió bastantes cosas de Berni, en una versión femenina.

Evidentemente tiene una aceptación pública. Creo que la situación de ayer beneficia muchísimo a la oposición y sobre todo a ella porque la deja como la única que representa ese estilo y, como dicen muchos, ella es la original, y no un ministro que integra un Gobierno que cada vez tiene más posiciones críticas a su perspectiva. En el tema de inseguridad nosotros no tenemos datos subjetivos que nos permitan medir o testear la gestión que esté al frente esa cartera, como sí ocurre en el tema económico o social. Eso da lugar a que estas narrativas y representaciones del mundo tengan un vuelo que no está atado al mundo concreto.

ADP