"Para Thomas Hobbes, uno de los fundadores de la filosofía política moderna, los seres humanos constituyeron el Estado por miedo a matarse entre sí, la idea de que el hombre es el lobo del hombre y de que aún el más grandote puede ser asesinado por los más chiquitos cuando duerme", introdujo Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (101.9) del martes 4 de abril.
La golpiza recibida por Sergio Berni refiere a las palabras del filósofo. El ministro probablemente podría haber enfrentado a sus agresores de forma individual, pero no pudo hacer nada frente a la multitud y no opuso ningún tipo de resistencia.
La teoría de Hobbes también planteaba que los seres humanos son puramente físicos y, por consiguiente, están regidos por las leyes del universo.
Su pensamiento estaba relacionado con el del filósofo Baruch Espinoza que teorizaba sobre el hombre como una máquina biológica, cuyo primer elemento es la supervivencia, por lo que el Estado surge de una teoría contractualista donde las personas se ponen de acuerdo en entregar el monopolio de la violencia porque hasta el más grande tiene que dormir y cuando duerme está indefenso.
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La figura de Rambo nos invita a pensar si lo que le sucedió a Sergio Berni es un simple exceso de una personalidad histriónica que busca llegar siempre donde están las cámaras, más allá de quienes creen que la jugada "le salió bien" por ser quien pone la cara a pesar de recibir las trompadas, o estamos frente a una de esas imágenes que representan un punto de inflexión que marcan el humor de la sociedad y que, de alguna manera, anticipan un cambio.
Tras la golpiza, Berni declaró frente a los manifestantes, todavía conmovidos por la muerte de su compañero: "a mí me duele tanto como a ustedes, si no, no estaría acá", al tiempo que volvió a remarcar que fue sin custodia a intervenir en la protesta, como si pudiera ser un método de solución.
El hecho de que un ministro de Seguridad sea atacado en el límite marcado por la Avenida General Paz tiene un valor simbólico que trasciende al propio Sergio Berni y marcan una especie de escultura del momento que hoy está atravesando la sociedad.
Las históricas imágenes que simbolizan un cambio
A lo largo de la historia, los distintos cambios sociales también han sido representados por imágenes impactantes. La Guerra de Malvinas en 1982 culminó con el gobierno militar y el proceso de interrupción continúa de la democracia.
Veinte años después, una entrevista televisiva mostraba a una niña contando que tenía por no comer y produjo una especie de conciencia social en una Argentina que, hasta ese momento, sentía extraña la posibilidad de que hubiera hambre entre sus habitantes.
Las palabras de Barbarita fueron símbolo de aquel triste 2002 y quedaron en el inconsciente colectivo de la sociedad, tal como sucedió con el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, con el agregado de la situación de pérdida del orden y el control policial por parte del peronismo, situación similar a la vivida ayer en la General Paz.
La trágica represión aceleró la salida de Eduardo Duhalde y culminó con el arribo de Néstor Kirchner al gobierno en 2003 y el inicio de un proceso de gobierno que duró 12 años.
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"El fin del kirchnerismo tuvo su imagen simbólica en el asesinato del fiscal Alberto Nisman, en enero de 2015", continuó enumerando Jorge Fontevecchia en la apertura del programa. Previo a este hecho, las encuestas ubicaban a Mauricio Macri en el tercer lugar, por detrás de Daniel Scioli y Sergio Massa. El final de la historia es conocido y el PRO llegó al gobierno el 10 de diciembre.
Tras los incidentes, Berni fue trasladado al Hospital Churruca con fractura de cráneo y malar y el hundimiento de la órbita ocular. Tras la atención médica, dialogó con la prensa y aseguró que pese a las lesiones lo que más le dolía es "la herida del corazón" por la responsabilidad que sentía en el cuidado del ciudadano bonaerense. Nuevamente en el papel de héroe, el ministro remarcó su decisión de "dejar la vida" para cuidar a los habitantes de la provincia.
Así como Hobbes relató la construcción del Estado como una forma en la que el hombre entregó el monopolio de la fuerza, en el siglo XX, durante la década del 60, hubo un libro que habló sobre la espectacularización de la política.
En "La sociedad del espectáculo", Guy Debord traza el desarrollo de una sociedad moderna en la que "Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación". Durante la rueda de prensa que ofreció Sergio Berni a la salida del hospital, todavía quedaban rastros de sangre en sus pómulos, algo que no debería ser muy dificultoso de limpiar.
Las reacciones políticas del caso Berni
Las críticas de la oposición
En medio de la discusión política que se desata día a día, Horacio Rodríguez Larreta se mostró orgulloso por el accionar de la fuerzas de seguridad de la Ciudad: "la policía actuó bien y lo sacó a Berni de una situación que no sabemos cómo podría haber terminado".
El jefe de Gobierno porteño aprovechó para criticar la organización del operativo por parte de la policía bonaerense y remarcó la curiosidad de "la falla de la seguridad del ministro de Seguridad".
La figura del "cazador cazado" a la que se refiere Larreta, bien podría representar al ex ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D' Alessandro, quien fue hackeado por un hombre que le arregló el celular y desató un escándalo que culminó con su renuncia. Algo que vuelve a recordar la idea de Hobbes en la que ni el más grandote puede solo porque, cuando duerme, los chiquitos lo pueden matar.
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Más allá del orgullo de Horacio Rodríguez Larreta por el accionar de su policía, Sergio Berni declaró enojado contra su par de la Ciudad, Eugenio Burzaco: "mejor que no me llame porque se va a comer flor de puteada".
Las acusaciones cotidianas de los dos bandos políticos continuaron con las palabras de Diego Santilli quien criticó a Berni, asegurando que "la sociedad espera respuestas y no un show" y aprovechó para subir al ring a Axel Kicillof, posible futuro contrincante en las elecciones bonaerenses: "la gente necesita que hable y se haga cargo de la provincia que está gobernando".
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En el amplio arco opositor, la más favorecida con el lamentable hecho de ayer fue Patricia Bullrich quién en sus redes sociales reclamó por el asesinato del colectivero y aseguró que el gobierno "avala la delincuencia". La exministra repudió la violencia contra Sergio Berni y aprovechó para recordar que también la padeció en sus años de funcionaria.
"Queda preguntarse si el extremo suceso en la General Paz es un hecho aislado o la señal de una sociedad que está a punto de estallar", reflexionó Jorge Fontevecchia en el cierre de la apertura del programa.
ADP JL
