Los sobreactuados panegíricos opositores al anuncio público de Mauricio Macri de que no irá por la presidencia huelen más a alivio que a reconocimiento. No obedece solo a que se despeja la interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich: la candidatura de Macri era la única que ponía en riesgo el regreso al poder de JxC, según encuestas reservadas que vio hasta el propio expresidente.
Más que el ego, como dijo en algunos reportajes amigables que aceptó, acaso a Macri le influyeron más esos números negativos para difundir su bajada. La decisión ya la había tomado hace un tiempo, de hecho en este espacio se informó hace casi un mes que había tranquilizado a su familia (esposa e hijos) en relación con que evitaría ir por el segundo tiempo.
Apelando a los tics típicos de su oratoria ensayada (y leída), Macri hizo referencia a lo mal que estamos (como si su gestión no hubiera puesto su granito de arena), ensalzó la fortaleza de tener equipo (usando a la Selección) y lapidó los mesianismos. Todo eso hablándole solito a la cámara y sin que nadie del PRO supiera nada hasta minutos antes de subirlo a las redes. Y eso que había estado con Larreta y Vidal horas antes. Curioso trabajo de equipo. El relato ajeno es horrible pero el propio es divino, parece rezar la máxima macrista.
Está lejos de jubilarse: apoya a Ritondo y deriva nuevos aportantes para Bullrich
Les convendría frenar el entusiasmo a dirigentes del PRO y de la UCR, exultantes tras el video del ex pensando que había un escollo menos. Si no que lo diga Martín Lousteau, con quien Macri se reunió el jueves. El candidato radical en las PASO porteñas por la Jefatura de Gobierno dentro de JxC tomó nota de que Jorge Macri será el rival interno a vencer con todo el aparato PRO detrás, aceitado (aunque a veces oxidado) tras 16 años de gobernar la Ciudad.
Día tras día, Macri renueva las señales de que está lejos de pretender ser un jubilado político. Además de catapultar a su primo en CABA, aspira a que el radical Rodrigo De Loredo vaya por la intendencia de Córdoba (en vista de que su enemistado Luis Juez irá por la gobernación) y que Cristian Ritondo le pelee en Provincia la candidatura a gobernador al larretista Diego Santilli. “Yo te banco”, dicen que le dijo Macri al exministro de Seguridad bonaerense.
Si de bancar se trata, en las filas de Bullrich se reciben con entusiasmo indicios de aportes nuevos para la campaña. “Mauricio nos derivó a ustedes”, cuenta uno de los recaudadores “patistas” que le explican algunos interesados. Tal vez sea ficción y en realidad ciertos empresarios nacionales estén abriendo un paraguas protector, por si Bullrich gana y piensa meter mano en sectores industriales muy subsidiados por el Estado, como planteó esta semana en dos encuentros con gente de la UIA y de la cámara de laboratorios argentinos. Habrá que ver qué aconseja Macri al respecto con su falsa grandeza.