Edificio COMEGA, un edificio de estricta funcionalidad

En 1933 el edificio de la empresa Bunge & Born inauguró la tanda de rascacielos porteños modernos, lejos del clasicismo. Le siguieron el SAFICO (1934), Kavanagh (1936), el Ministerio de Obras Públicas (1937). Cómo era.

Edificio Comega Foto: Google street View

En el remate de la calle Corrientes, aún angosta, la Compañía Mercantil y Ganadera construyó en 1933 un rascacielos destinado a renta de oficinas, de 85 metros de altura y con dos subsuelos para estacionamiento. Su característica principal fue adherir a los postulados de una nueva arquitectura internacional, que manejaba un lenguaje más despojado, distante de los recursos estilísticos clásicos.

En los años ´30, la tradicional calle Corrientes terminaba por convertirse en avenida, a medida que se renovaban las parcelas y demolían las viejas edificaciones que aún mantenían la antigua línea municipal. 

La ciudad ya había sido testigo de la primera generación de rascacielos porteños: Galería Güemes (1915), Palacio Barolo (1922) y Edificio Mihanovich (1928); signados por estrictos rasgos académicos. 

Sin embargo, la década del ´30 está dominada por la construcción de los denominados rascacielos “modernos”, encabezados por el propio COMEGA (1933) y seguido por: el SAFICO (1934), el Kavanagh (1936), el MOP-Ministerio de Obras Públicas (1937).

El edificio COMEGA fue propiedad de la Compañía Mercantil y Ganadera S.A., de la empresa Bunge & Born, la que en 1933 le encomendó a los arquitectos Enrique Douillet y Alfredo Joselevich, quienes formaban parte de la oficina técnica del grupo, el proyecto y la dirección de un edificio en altura destinado al alquiler de oficinas comerciales de prestigio. Está ubicado en la esquina de lasavenidas Corrientes y Leandro N. Alem, en pleno área central de la ciudad de Buenos Aires, sobre un terreno rectangular de 700 metros cuadrados de superficie.

El edificio COMEGA fue propiedad de la Compañía Mercantil y Ganadera S.A., de la empresa Bunge & Born"

La construcción estuvo a cargo de la empresa GEOPÉ Compañía General de Obras Públicas S.A. e intervino en la dirección el Ing. Alberto Stein. El edificio se desarrolla en 3 subsuelos, planta baja con locales comerciales y 18 pisos para oficinas. Se encuentra envuelto en una estricta funcionalidad, con fachadas puras y plantas libres, que ofrecen las mejores condiciones para la iluminación y la ventilación de las oficinas.

Los muros de la fachada acentúan esa inusual pureza volumétrica mediante placas de mármol travertino.En la planta baja, sobre la fachada de la avenida Alem, se respetó el uso de la recova y allí se ubicaron predominantemente locales comerciales. Sobre el frente de la calle Corrientes está el acceso al edificio, signado por la acentuada pendiente de la barranca.

Las plantas tipo de los pisos 3 a 14, de 580 metros cuadrados cada una, se desarrollaron en forma de “U” para que todas las oficinas puedan tener una vinculación al exterior adecuada"

Luego de atravesar una escalinata de granito negro y la puerta giratoria de bronce, se penetra al hall principal, un espacio alargado que tiene en su primer tramo una doble altura.

De esta manera, el hall del primer piso se ve obligado a balconear sobre el acceso, generando una fuerte tensión espacial. En su totalidad, el hall principal está conformado por un envoltorio de acero inoxidable, tanto en los muros como en los cielorraso y puertas de ascensores. Por ende, se torna significativo el juego de luz difusa que se derrama en múltiples reflejos. 

Al final del hall se recorta la figura de la escalera principal. Sobre los muros medianeros, en el sector con menor asoleamiento, se colocaron las circulaciones verticales. 

Las plantas tipo de los pisos 3 a 14, de 580 metros cuadrados cada una, se desarrollaron en forma de “U” para que todas las oficinas puedan tener una vinculación al exterior adecuada. A partir del piso se produce un retranqueo del edificio, desplegándose de manera prismática y generando grandes terrazas de uso exclusivo. 

Las plantas tipo de los pisos 15 a 18, adquirieron una prolija forma rectangular.

Ya en el piso 19 funcionó hasta el 1969 la más moderna de las confiterías de Buenos Aires, el Comega Club. Cuenta con un gran ventanal semicircular que se acusa sobre la fachada y ofrece las mejores perspectivas hacia el río. El COMEGA fue un rascacielos pionero en su tipo, con 85 metros de altura, que se constituyó como arquitectura singular y una clara expresión de las nuevas tendencias de vanguardia, envueltas en una estricta funcionalidad que se yergue con hidalguía en pleno centro porteño.