OPINIóN
Edificio SAFICO

Cuando Corrientes era angosta

En la década del 30, los rascacielos eran un desafío técnico y estético. La Sociedad Anónima, Financiera y Comercial levantó sobre Corrientes 456, “aún angosta y poco antes de ser ensanchada a 26 metros”, un rascacielos de 90 metros que era una pirámide escalonada con fachada de mármol, ventanas guillotina y los últimos 4 pisos, que eran “el chalet más alto de la ciudad”.

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Edificio SAFICO, con 90 metros de altura, sobre la calle Corrientes, construido en 1933. | wikipedia

En 1933 emerge en la tradicional calle Corrientes uno de los más refinados rascacielos porteños: el edificio SAFICO, con 90 metros de altura, ejecutado completamente en hormigón armado. Como desafío a la técnica y a la estética, su arquitectura dio cuenta de una sofisticada modernidad que comenzaba a asomar en Ciudad de Buenos Aires.

En un momento en que la ciudad de Buenos Aires se sofisticaba y ganaba en modernidad, se construyó en el extremo de la calle Corrientes, todavía angosta, una torre de altura inusitada, que debió ser sometida a estrictísimas disposiciones municipales, de las cuales su silueta da cuenta.

Cuando a principios del siglo XX en las grandes ciudades del mundo comenzaron a asomar imponentes rascacielos, en Buenos Aires los técnicos locales miraban con asombro y pavura sus alardes tecnológicos. Fueron años de importante crecimiento urbano en sentido vertical sobre las áreas centrales.

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La incursión del rascacielos era considerada como un desafío a la técnica y a la estética. En este marco, y casi contemporáneamente con la construcción de los edificios Kavanagh y Comega, la Sociedad Anónima, Financiera y Comercial (SAFICO) le encomendó -por concurso- al ingeniero-arquitecto Walter Moll, el proyecto y la dirección de obra para un edificio de renta en un terreno de su propiedad, situado sobre la tradicional calle Corrientes al 456, aún angosta y poco antes de ser ensanchada a 26 metros.

Cuando Corrientes era angosta

En un terreno irregular, en forma de “L”, con un mil metros cuadrados de superficie y 28 metros de frente, se levantó una torre destinada a uso residencial y de oficinas en alquiler, de cara al inminente ensanche de la avenida. Con una altura de 90 metros, completamente ejecutado en hormigón armado y con la más alta tecnología disponible, su arquitectura debió ajustarse e disposiciones municipales que dieron como resultado una insólita pirámide escalonada. Por lo tanto, la morfología del edificio puede descomponerse en dos partes: por un lado, un basamento de 32 metros de altura por toda la extensión del frente, ocupando tres subsuelos, planta baja y 10 pisos altos. De allí en adelante, nace una torre de 15 pisos que asciende escalonadamente hasta el remate.

Una arquitectura tan elegante como discreta, a tono con las corrientes internacionales en boga, exhibe en el zócalo de su fachada un suntuoso granito negro pulido y, de allí en más, un revestimiento en mármol travertino nacional. Sus aventanamientos tipo guillotina -los más modernos de la época- y pisos de parquet con protección especial contra el sonido, dan testimonio del cuidado puesto en los detalles.

Los pisos 23 a 26 están ocupados por el denominado 'chalet más alto de la ciudad', cuyos cuatro niveles pertenecen a un único departamento, propiedad de uno de los directores de la compañía"

La generosa dimensión de los dos patios laterales y la buena ubicación del núcleo vertical posibilitaron una excelente resolución en planta. De sus tres subsuelos, los dos primeros estaban destinados a playa de estacionamiento de automóviles y en el último se ubicaron calderas, bombas e incineradores.

Del basamento hasta el remate

El acceso a los 107 departamentos del edificio se produce por el centro de la fachada en la planta baja, que conduce al hall de recepción en donde se situaron los cuatro ascensores principales y uno más para el servicio. A ambos lados del acceso se encuentran dos amplios locales comerciales a la calle y, sobre uno de los ejes medianeros, la entrada al estacionamiento vehicular.

La planta tipo del 1º al 10º piso está constituida por seis departamentos para uso residencial y otro para uso profesional. Del piso 11, a partir del cual nace la torre escalonada, hasta el 19, con diferentes situaciones de aterrazamiento, la planta se compone por tres departamentos y ofrecen impresionantes perspectivas de la ciudad.

Contó con un servicio de agua filtrada, con agua caliente y calefacción central para 600 radiadores y con conductos para gas natural"

Los pisos 20, 21 y 22 se conforman por una sola unidad por planta mientras que los pisos 23 a 26 están ocupados por el denominado “chalet más alto de la ciudad”, dado que los cuatro niveles -vinculados internamente por escalera- pertenecen a un único departamento, propiedad de uno de los originales directores de la compañía, que decidió contruirse su propia residencia en la cima misma de la torre.

Este “chalet”, que ha sido especialmente decorado por Margot Jacoby y amoblado por Federico Wermer, se compone por un living-room, un comedor, una biblioteca, un hall, la cocina y un office, en el primer nivel; en el siguiente, tres dormitorios y el área de servicio; y en los últimos dos, la suite con vestidor y un escritorio que balconea sobre el dormitorio.

Audacia funcional y tecnológica

La lógica del proyecto debió ser de una flexibilidad tal que, en caso de fracasar la empresa como edificio de renta, pudiera ser fácilmente transformado en un hotel. Dado que se trataba de departamentos de alquiler, hecho que supone un constante desplazamiento de mobiliario, se introdujo un aparejo sobre uno de los patios que permite el ascenso y descenso de grandes bultos sin perjuicios, desde el último nivel hasta el primer subsuelo. En cada piso existe una plataforma de mudanza con su correspondiente comando para el guinche, que se acciona eléctricamente.

Desde sus inicios, contó con un servicio de agua filtrada, con agua caliente y calefacción central para 600 radiadores y con conductos para gas natural. La incorporación de “roperos embutidos” en los principales ambientes constituye un indicador más del nivel de terminación y de confort tenidos en cuenta.

Los subsuelos destinados a estacionamiento están provistos por un sistema de ventilación artificial, que extrae e inyecta aire por un conducto vertical que remata a 52 metros de altura. En el tercer subsuelo, en cambio, a diez metros bajo el nivel de la vereda, tanto la iluminación como la ventilación son naturales, a través del patio de mudanzas.Su estructura estuvo ejecutada completamente en hormigón armado, con amplio margen de seguridad.

El edificio, la ciudad y su entorno

Actualmente, la torre continúa siendo propiedad exclusiva de SAFICO yno ha sufrido modificaciones sustanciales. Este refinado edificio se constituyó en un eslabón esencial deun proceso de crecimiento en altura sin precedentes en la ciudad. Frente a las prolongadas discusiones higieniestas respecto a asoleamiento y ventilación del espacio urbano en áreas centrales de las ciudades, su morfología logró acomodarse mediante un remate escalonado, desafiando a la estética y a la técnica.

Fue en su momento el edificio más alto en el que se levantó el chalet más alto. Si bien hoy ha relegado tal supremacía, su silueta sigue brillando con igual jerarquía que entonces. Su arquitectura, que atendió con soltura las estrictas premisas de su comitente, que se ajustó a las disposiciones normativas y, a su vez, supo enrolarse en los movimientos contemporáneos de vanguardia, hoy da testimonio de una inserción tan prolija como refinada, tan discreta como elegante, tan sofisticada como moderna.