MONTAÑA HOGUERA

Budaixi, el teatro tradicional de títeres chino, tiene más de 300 años de historia

Siguiendo los parámetros de la Opera, los titiriteros chinos trasladaron todos los componentes del teatro de humanos al pequeño escenario donde cobran vida seres que miden treinta y cinco centímetros.

Teatro Tradicional de Títeres Chino Foto: Gentileza del Grupo de títeres chinos Caminantes del Universo: Montaña Hoguera

Vemos un altar, ricamente ornamentado, rebosante de símbolos dorados. Sobre él, un diminuto caballero se desplaza, dando pasos suaves y armoniosos. Sus gestos son sutiles. Va vestido con un hermoso atuendo. Se detiene, nos mira con altivez. Es un excelente ejemplar mandarín.

Por el otro lado, entra una joven, de unos veinte años, dando pasos rápidos, cortos y agraciados. Una noble dama no está para ampulosidades. Se detiene, peina su cabello. Él repara en ella, se acerca. Se insinúan y, juntos, salen.

En otra situación, sentado en una hermosa silla de madera tallada, un hombre longevo fuma su pipa y otro bebe té en una pequeña taza, finamente decorada. La música melódica acompaña; es lejana, de otras latitudes. Cambia el contexto: gongs, platillos, tambores, anuncian la llegada de los guerreros, con sus pasos marciales. Combaten con sus lanzas y cuerpo a cuerpo; dan vueltas en el aire, saltan. Llevan trajes majestuosos y sus rostros maquillados con intrincadas líneas y colores … Olvidé decir que estos seres miden treinta y cinco centímetros. No es una película de Zhang Yimou, sino el Teatro Tradicional de Títeres Chino.

Títeres chinos, un espectáculo especial para la platea infantil

La cultura tradicional china es autodefinida y autocontenida, toda vez que cada manifestación dentro de sus límites hace referencia a otros aspectos de la propia cultura: por ejemplo, el diseño de una taza, en cualquiera de las dinastías, sirve de soporte para remitirse a algún concepto de la filosofía Taoísta o Budista; o, quizá, también, representar alguna deidad.

Todo es constantemente recordado. Y tiene sentido, pues no hay que olvidar que hasta entrado el siglo XX, la mayoría de la población era analfabeta. El modo de transmitir conceptos, valores, creencias, hechos históricos y demás, fue a través de las artes y las artesanías. Y ésta, la cultura tradicional, es una cultura extremadamente ritualista. De hecho, en su devenir por la historia, nunca perdió su carácter animista y chamánico; razón por la cual, siempre, en toda disciplina, se tiende hacia el virtuosismo, el realismo y la perfección. Y, en esto, los títeres pueden dar testimonio. Pero del Budaixi, que es como se denomina al teatro de títeres de guante en chino, es de lo que quiero hablar.

Ricardo Lista, es uno de los integrantes del Grupo de títeres chinos Caminantes del Universo, quienes están presentando la obra Montaña Hoguera.

Aproximadamente en el siglo XVII, de la unión de diversas disciplinas artísticas populares, se consolidó un tipo de arte escénica extremadamente simbólica, conocida como Ópera (la de Pekín es la más famosa; pero hay otras), que tuvo amplia aceptación, ya sea entre la gente del pueblo, como entre nobles y el Emperador. Esta expresión reúne: música, canto, actuación, acrobacia, artes marciales, poesía, pintura y arte textil. Y tanto éxito tuvo, que otras artes escénicas populares, los títeres, han imitado la forma y se han alimentado de ella. Entonces, podemos decir que el teatro tradicional de títeres Chino, tal como lo conocemos, tiene poco más de trescientos años.

Siguiendo los parámetros de la Opera, los titiriteros chinos trasladaron todos los componentes del teatro de humanos al pequeño escenario. Copiaron los vestuarios, maquillajes, música, el repertorio (que va desde obras con tenor palaciego a hechos históricos, pasando por el género fantástico y religioso). En todos estos aspectos se transmiten tópicos éticos, morales, filosóficos. Pero, el desafío principal era adaptar al títere lo que los acróbatas y artistas marciales humanos hacían sobre el escenario. Y aquí el ingenio y la perseverancia son la clave; porque esta técnica requiere tanto de realización como de habilidad en la utilización del objeto: estos títeres salen volando de las manos del titiritero, trazan una parábola dando vueltas en el aire y vuelven a caer en la mano de quien los lanzó. Esto no podría realizarse sin conocimiento, habilidad, destreza … y una pequeña ayuda de mis amigos. Y los amigos son los constructores de títeres que, por intuición o casualidad, han aunado varios principios de la física, que permiten a un diminuto objeto, remedo de ser humano, hacer lo mismo que el acróbata y más. Y todo esto, para ser resuelto en breve, en el acto y con una sola mano. ¿Qué me cuentan?.

Títeres para la imaginación sin edad 

El arte de los títeres tradicionales chinos supera al hecho artístico; es folklore: porque forma parte de las celebraciones populares; porque es soporte de saberes que forman a una cultura; porque la cultura se compone de dichos saberes y porque la representa. Y, también, porque es el desarrollo de un saber colectivo. Pero el avance de la tecnología, primero el cine, luego la televisión y, por último, las redes, han ido desplazando esta expresión, que hace un gran esfuerzo por existir.

Y como digo una cosa, digo la otra. Así como la tecnología quitó espacio al Budaixi, también permitió que dicho conocimiento viajara miles de kilómetros, hasta la Argentina, donde un grupo de personas recogió el guante y decidió montar un espectáculo de títeres con dicha técnica. Se trata de Caminantes del Universo que, el día 23 de abril, estrenarán “Montaña Hoguera” en el Centro Cultural de la Cooperación. Dicha obra es un clásico del repertorio chino, donde el famoso Rey Mono ayudará a su Maestro Tang Zang a cruzar una montaña de fuego, en busca de los textos sagrados.

El fascinante mundo de los títeres y el teatro negro

Lo interesante de esta versión, es la adaptación al contexto occidental sin obviar los detalles y valores que el teatro tradicional chino representa. Por lo tanto, el elenco habla de mixtura; del acercamiento de culturas, que se enriquecen en el encuentro. No es sincretismo; tampoco transculturación; es amalgamamiento. Unión de saberes y experiencias que, desde la tabla de un teatrino, pueden saltar a la vida cotidiana. El acercamiento a la otredad y su correspondencia. Dar y recibir. El Universo en la palma de la mano.

 

Ricardo Lista. Titiritero, Dramaturgo, Director, Clown y Realizador.