El último colapso en los precios del petróleo ha puesto en marcha un lucrativo negocio de almacenamiento de crudo en el mar, que revive los recuerdos de la recesión de 2008-2009 cuando se mantuvieron millones de barriles en los océanos del mundo.
El crudo Brent para mayo de 2021 ahora se cotiza en cerca de US$14 por barril, más que para mayo de este año. Esto constituye una prima de US$28 millones durante un año para una carga de superpetrolero estándar con capacidad para 2 millones de barriles. Un operador puede beneficiarse del almacenamiento flotante al vender cargamentos en el futuro, siempre que la prima que obtenga supere el costo de contratar un petrolero. Varias de las casas comerciales más grandes del mundo dijeron que el negocio ahora es rentable.
Los precios del petróleo a corto plazo cayeron por bajo US$25 por barril el miércoles, después de que Arabia Saudita formulara más comentarios sobre el suministro de grandes cantidades de crudo en un mercado donde la demanda se ha visto devastada por el coronavirus. Esto profundizó los descuentos inmediatos, al aumentar el atractivo del almacenamiento flotante. Un alza en los costos de flete también parece haber disminuido por el momento, ayudando aún más al comercio del almacenamiento, dijo un operador marítimo.
Según las tarifas actuales de alquiler diario, el contrato durante 12 meses de un superpetrolero costaría entre US$18 millones y US$25 millones, dependiendo de la calidad de la embarcación, de acuerdo a estimaciones de operadores navieros. Los comerciantes, además, tienen que pagar los costos de financiamiento, aunque generalmente no se consideran prohibitivos.
Si bien las prácticas de almacenamiento a largo plazo parecen rentables, un aumento en las tarifas de flete en las últimas semanas implica que las duraciones más cortas son menos definidas. Estas pueden depender del tipo de buque que se reserva, dijo un operador marítimo.
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