Temas como normativas, aceptación de los consumidores y accesibilidad presentan obstáculos considerables para el avance de la conducción autónoma, según los analistas. Aquel escenario sería problemático para empresas como BMW y Daimler, que trabajan en el desarrollo de esta tecnología.
"La curva de adopción de los autos sin conductor puede retrasarse aún más y puede que nunca los veamos a nivel masivo", según Kepler, que menciona a BMW como una de sus acciones menos preferidas en el sector automotor.
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Las normas divergentes en mercados clave como Estados Unidos, China y Europa hacen que sea difícil ampliar la tecnología de conducción autónoma en todo el mundo, mientras que el escepticismo público no da señales de disminución. Eso no disuade a las empresas automotrices más grandes de Alemania, que cooperan cada vez más para mejorar sus posibilidades de enfrentarse a compañías como Waymo de Alphabet, considerada adelantada en la carrera por llevar vehículos autónomos a las calles.
Kepler anticipa una penetración de 5 por ciento de autos totalmente autónomos para 2030, en gran parte impulsada por flotas de robotaxis, pero advierte que "puede que nunca veamos autos sin conductor vendidos a nivel minorista en las calles".