Alemania está trabajando con Arabia Saudita en un acuerdo para resolver una disputa diplomática que ha durado casi un año, de acuerdo con dos personas con conocimiento del asunto.
La disputa, desencadenada por las acusaciones de Alemania de influencia indebida saudí sobre Líbano, ha afectado las relaciones comerciales entre Arabia Saudita y su mayor socio comercial europeo y centró la atención en la nueva política exterior agresiva del reino bajo la regencia del príncipe heredero Mohammed bin Salman, de 33 años. Canadá recientemente ofreció un gesto de paz en otro conflicto provocado por críticas a un caso saudita de derechos humanos.
Los gobiernos de Alemania y Arabia Saudita están negociando la redacción de una declaración conjunta que permitiría que un embajador saudita regrese a Berlín, dijo una de las personas, que pidió no ser identificada debido a que el asunto no es de carácter público. El Centro de Comunicación Internacional del Gobierno saudita no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. El Ministerio de Relaciones Exteriores alemán no estuvo disponible de inmediato para hacer comentarios.
Las relaciones se deterioraron en noviembre tras las declaraciones del entonces ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, quien sugirió que la sorpresiva renuncia del primer ministro libanés Saad Hariri durante un viaje a Riad demostraba que Líbano era un "peón" de Arabia Saudita.
El Gobierno saudita condenó los comentarios y poco después llamó a su embajador en Alemania a consultas, quien todavía no ha regresado. También se les ordenó a agencias del Gobierno saudita no renovar algunos contratos no esenciales con firmas alemanas, informó Bloomberg en marzo.
La semana pasada, Alemania aprobó la entrega de cuatro sistemas de posicionamiento de artillería a Arabia Saudita, aunque la coalición de la canciller alemana, Angela Merkel, había acordado a principios de este año detener las ventas de armas a los países involucrados en la guerra en Yemen. Una coalición encabezada por Arabia Saudita ha estado luchando contra los rebeldes hutíes de Yemen durante más de tres años, contribuyendo a una de las peores crisis humanitarias del mundo.