La canciller alemana Angela Merkel no parece poder escapar a las consecuencias de su política de fronteras abiertas a los refugiados.
La tensión no resuelta respecto de la migración en su gobierno podría volver a un primer plano esta semana en un enfrentamiento entre la canciller y su jefe de inteligencia interna, que la desafió al sugerir que podría ser falso un video sobre disturbios ultraderechistas en el sector oriental de Alemania que Merkel había calificado de “caza” de extranjeros.
Apenas seis meses después de iniciada su cuarta gestión de gobierno, la disputa ilustra la presión que enfrenta Merkel por parte de una oleada populista y la consecuente ruptura de su coalición respecto de la migración que llevó al gobierno al borde del colapso en junio. La última división ingresará a su próxima fase el miércoles, cuando está previsto que el jefe de la agencia de seguridad interna, Hans-Georg Maassen, preste declaración ante legisladores en Berlín.
Merkel recibió un ultimátum de su ministro del interior por los migrantes
“El constante debate sobre la migración y la ultraderecha eclipsa todo otro tema en la política alemana”, dijo Ulrich Sarcinelli, un especialista en ciencias políticas de la Universidad de Koblenz-Landau. “Es un proceso doloroso que paraliza cada vez más a Merkel en el plano interno”.
Ya finalizado el receso de verano (boreal), el principal antagonista de Merkel es el mismo que en momentos anteriores del año: el ministro del Interior, Horst Seehofer, que desairó a la canciller al respaldar las dudas iniciales que expresó Maassen la semana pasada en una entrevista concedida a un diario. También resiste los pedidos de la oposición de usar el control de su ministerio sobre la agencia para destituir a Maassen.
Voto bávaro
Merkel restó importancia a Seehofer, que también dirige el partido gobernante de Baviera CSU, en la crisis gubernamental de este verano en relación con la seguridad fronteriza. La canciller se atiene a su descripción de lo sucedido a fines de agosto en Chemnitz, una ciudad de Alemania oriental donde estallaron protestas de ultraderecha luego de que dos presuntos solicitantes de asilo apuñalaran y dieran muerte a un residente local.
Los líderes de la CSU han criticado la política de migración de Merkel en tanto crece en Baviera el apoyo a la agrupación Alternativa para Alemania, que se opone a la inmigración, con miras a una elección estadual a realizarse el 14 de octubre. Un revés electoral para la CSU podría reavivar el conflicto en el seno del bloque que encabezan los demócrata-cristianos de Merkel.
Las encuestas sugieren que la mayor parte de los alemanes está descontenta con el manejo de Merkel de la crisis de refugiados de 2015-2016 y sus consecuencias. A la pregunta sobre la asimilación de los refugiados y la protección contra delitos por parte de refugiados, el 69 por ciento tuvo una opinión negativa, según una encuesta de Infratest Dimap entre 1.002 personas que se llevó a cabo el 3 y 4 de septiembre.
