La noticia de que una de las principales fabricantes de tractores de Estados Unidos dejará de emplear productos hechos en China debería ser música para los oídos de la administración Trump, pero el hecho es que los reemplazará por máquinas provenientes de Brasil.
AGCO recurrirá a las fábricas brasileñas en busca de una nueva línea de tractores de baja potencia para evitar el arancel de 25% aplicado por EE.UU. a los productos chinos, comentó a la prensa su presidente ejecutivo, Martin Richenhagen, el martes en Sao Paulo. Proyecta que las exportaciones de tractores desde Brasil al país norteamericano sumarán entre 4.000 y 5.000 unidades el próximo año.
Se trata de una nueva consecuencia involuntaria de la guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo, que afecta a los mercados y modera las expectativas de crecimiento.
Tanto AGCO, de Duluth, Georgia, como su mayor rival, Deere, advirtieron sobre los efectos negativos de una guerra comercial. AGCO aseguró que las tarifas significan mayor presión para los agricultores, mientras que Deere recalcó su apoyo a los mercados abiertos y el libre comercio.
Las ventas de tractores AGCO en Brasil podrían también recibir un envión, en momentos en que China evita la soja estadounidense y prefiere importar aquella del gigante sudamericano.