Argentina no necesitará una nueva versión del programa de alivio de pago de cheques de emergencia que implementó el año pasado en medio de la pandemia, según un alto funcionario del Gobierno, lo que eliminaría una amenaza que se cierne sobre la debil posición fiscal del país.
Este año, el Gobierno argentino está trabajando en un escenario base en el que no se restringirá la circulación nacional por la pandemia de coronavirus como fue en marzo pasado, al comienzo del confinamiento, dijo el funcionario, que pidió no ser identificado porque las conversaciones son privadas. Si bien, recientemente se establecieron algunas limitaciones al comercio, a medida que los casos se acercaron a los máximos de octubre, estas fueron más leves que el confinamiento total de 2020.
Evitar la limitación estricta de la circulación disminuirá la necesidad de implementar otra entrega del programa de subsidios para los sectores vulnerables, incluidos los desempleados y trabajadores independientes, conocido por sus siglas, IFE (Ingreso familiar de emergencia), dijo la persona. Un portavoz del Ministerio de Economía declinó hacer comentarios.
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En su apogeo, antes de ser gradualmente desmantelado, el programa proporcionó a casi 9 millones de argentinos, o alrededor de 20% de la población del país, un pago mensual de 10 mil pesos (US$116) durante tres meses. Los pagos del IFE ayudan a entender por qué el Gobierno informó el miércoles un déficit fiscal primario, que excluye los pagos de intereses, de 6,5% del producto interno bruto en 2020, mucho mayor que la brecha de 0,4% en 2019.
El subsidio del IFE no está incluido en el presupuesto de 2021, pero algunos funcionarios del Gobierno han dicho que su reanudación dependería del progreso del virus. Argentina reportó un total de 1.831.681 casos de COVID-19 y más de 46 mil muertes. En los últimos días de diciembre, el país inició su campaña de vacunación, habiendo administrado hasta el momento más de 240 mil dosis de la vacuna Sputnik V.
Sin el programa de pago de cheques, el Gobierno espera reducir el déficit primario este año a 4,5% del PIB. Reducir un poco el déficit será una parte central del acuerdo pendiente entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional. La nación sudamericana le debe al FMI alrededor de US$45.000 millones y se espera que el nuevo pacto en negociación describa un plan económico general del cual el Gobierno no ha dado detalle.