Traders y analistas conversan con Bloomberg News en Buenos Aires en desayuno bimensual sobre la situación del mercado de Argentina y las principales claves a seguir en el corto plazo. Aquí lo más destacado.
Participan:
- Francisco Choe, portfolio manager de Fondos FIMA del Banco Galicia
- José Manuel Ortega, consultor de wealth management
- Un economista jefe de banco internacional que pidió no ser identificado porque no está autorizado a hablar públicamente
Lo que ilusiona: menos coronavirus es más
¿Hubo una sobrerreacción en los mercados por el virus? ¿Ayudará en los próximos meses la llegada del verano al hemisferio norte? Para quienes piensen que el coronavirus puede haber llegado a su pico más alto, hay oportunidades de compra en renta variable. El virus puede haber servido de excusa a operadores buscando recortar tenencia en acciones globales, que venían operando en máximos históricos-- lo que explicaría parte del reciente desplome en precios. Aun hay espacio para que vean un empujón tras el recorte de la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos.
En Argentina también hay margen para apostar a la “reversión del virus”, sobre todo por los bajísimos niveles de los precios de algunos papeles, como los de Supervielle y BBVA Argentina. Los bancos concentran la mitad del volumen en la Bolsa y aún tienen mucho para crecer en el mercado local. Pero también podría haber rebote en compañías exportadoras, como San Miguel o Aluar. En el escenario malo, las más comprometidas son aquellas que se pueden ver afectadas por el retraso de las importaciones que genera el virus, como Mirgor.
Lo que asusta: la economía en el filo de la navaja
La actividad está paralizada. La señal más clara de esto es el derrumbe del crédito bancario. Los bancos están ansiosos por dejar de trabajar de “mesas de dinero”, obteniendo buenas ganancias con activos financieros, y empezar a trabajar de “bancos” otorgando créditos. Pero la negociación de deuda avanza lentamente y genera incertidumbre. Y hay riesgo de que se prolongue por muchos meses dada la inflexibilidad que muestra el gobierno. En este contexto, las empresas no toman decisiones de inversión. La economía real es inestable y camina sobre el filo de la navaja. Cualquier evento adverso podría sumar costos políticos para el presidente Alberto Fernández y, con esto, complicar su gobernabilidad.
Lo que consuela: la reestructuración es el oasis
La reestructuración es condición necesaria para empezar a pensar en la recuperación de la actividad local. Pero la solución para los acreedores está por verse. Habrá que ver con qué perfil encara este gobierno la discusión: ¿Populismo agresivo, similar al 2011-2015? ¿O populismo racional, como en el 2003-2007? Lograr la aceptación de los acreedores privados no debería ser difícil en un contexto de bajas tasas internacionales. Pero se teme que una estrategia dura sirva de excusa para hacer uso del dinero oficial para gasto, en lugar de usarse para el pago de deuda.
Si hay éxito en la negociación, podría haber un caída en el riesgo país de Argentina, de 2.000 a 1.000 puntos básicos. Una reducción en este indicador favorecería a los sectores más sensibles al ciclo económico y podría alentar un rebote. Aun así, los más cautos advierten que incluso con una solución rápida, costará recuperar la confianza del inversor extranjero.
Para contactar a los reporteros de esta nota: Ignacio Olivera Doll en Buenos Aires, [email protected];Scott Squires en Buenos Aires, [email protected]
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