El Banco Central Europeo registró su primera pérdida en dos décadas tras un aumento sin precedentes de los costos de endeudamiento para hacer frente a la inflación.
El déficit para 2023 —incluso después de la liberación total de €6.600 millones (US$7.200 millones) en provisiones para riesgos— ascendió a €1.270 millones, ya que el alza de las tasas de interés aumentó el costo de los esfuerzos de estímulo anteriores. Si bien el BCE también advirtió sobre resultados negativos “en los próximos años”, dijo que esto no obstaculizará sus operaciones.
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“La pérdida, que siguió a casi dos décadas de ganancias sustanciales, refleja el papel y las acciones políticas necesarias del Eurosistema en el cumplimiento de su mandato principal de mantener la estabilidad de precios, y no tiene ningún impacto en su capacidad para llevar a cabo una política monetaria eficaz”, dijo el BCE el jueves en un comunicado.
Los desafíos de los bancos centrales
Los bancos centrales de todo el mundo han sufrido financieramente por los efectos combinados de los grandes programas de compra de activos llevados a cabo cuando la inflación era baja y las tasas de interés subían rápidamente después de la pandemia. El alcance total del problema en la eurozona solo se hará visible cuando los bancos centrales nacionales informen sus propios resultados en las próximas semanas, incluido el Bundesbank, el viernes.
La situación ha llevado a especular que las autoridades monetarias podrían eventualmente necesitar inyecciones de efectivo de los Gobiernos, lo que pone en riesgo su independencia. Sin embargo, los banqueros han enfatizado que esto no tiene por qué ser así, ya que pueden operar incluso con un patrimonio negativo y compensar las pérdidas actuales con ganancias futuras.
El banco central de Francia “dispone de provisiones y otros medios para cubrir estas pérdidas y mantener al mismo tiempo un capital positivo, sin exigir una recapitalización pública”, afirmó el gobernador Francois Villeroy de Galhau en enero.
Un documento del Fondo Monetario Internacional del año pasado también concluyó que los bancos centrales de la eurozona podrán recuperar sus pérdidas sin ninguna ayuda gubernamental.
El BCE destacó que su posición financiera sigue siendo sólida a pesar de las pérdidas del año pasado y que su patrimonio neto todavía asciende a casi €45.000 millones.
La situación también puede mejorar a partir de aquí, a medida que el balance del BCE caiga debido a la cancelación de compras de bonos anteriores. Mientras tanto, los gastos por tasas de interés deberían disminuir si los costos de endeudamiento se reducen en los próximos meses, como se espera ampliamente.
Después de los próximos años, se prevé que el BCE “vuelva a obtener ganancias sostenidas”, dijo. La pérdida del año pasado “se trasladará hacia adelante en el balance del BCE para compensarla con ganancias futuras”.
