El presidente Joe Biden está luchando por evitar una posible crisis humanitaria y política en la frontera sur de Estados Unidos, donde un aumento en el flujo de inmigrantes, particularmente menores no acompañados, amenaza con desbordar los albergues públicos.
Funcionarios de la Casa Blanca informaron a Biden a principios de esta semana sobre el aumento, y la Administración ha mantenido múltiples reuniones informativas con legisladores de la Cámara de Representantes y el Senado sobre la situación, según asesores del Congreso. Los funcionarios de Seguridad Nacional están entregando actualizaciones semanales a varias oficinas gubernamentales.
“Podremos manejarlo, si Dios quiere”, dijo Biden el martes. Pero cuando se le preguntó si el aumento constituía una crisis, el presidente fue enfático: “No”.
La Administración ha tomado medidas para liberar espacio en los albergues acelerando la entrega de menores no acompañados a familiares o patrocinadores en EE.UU. y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo que se están barajando medidas adicionales.
Pero la situación podría empeorar si el flujo de migrantes continúa aumentando.
Más de 5.700 menores no acompañados fueron detenidos en la frontera en enero, el total más alto para ese mes en los últimos años, según el Departamento de Seguridad Nacional. A finales de mes, unos 5.100 niños y adolescentes estaban bajo la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés) del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que administra los albergues.
A fines de febrero, el número de menores bajo custodia había aumentado a 7.000, una señal de que el flujo no está disminuyendo. Alrededor de 90% de la capacidad de los albergues estaba ocupada, no solo por la llegada de migrantes sino también por las restricciones de espacio debido a la pandemia, según un asesor del Congreso familiarizado con las reuniones informativas de la Administración.
“Imprevisibilidad” en el flujo.
Para ayudar a la oficina de refugiados, el HHS otorgó un contrato de proveedor único por US$3,34 millones para que defensores de los niños ayuden a brindar la atención que exige la ley, según datos de contrataciones de Bloomberg Government. El HHS mencionó un “aumento significativo en las referencias” al programa Menores Extranjeros No Acompañados y la “imprevisibilidad en las cifras de afluencia” para justificar el contrato no competitivo de seis meses que entró en vigencia el 26 de febrero.
La situación plantea un desafío para Biden, cuya promesa de implementar un sistema migratorio más humano ha dado paso a un reconocimiento de que podría tomar más tiempo debido a los problemas de salud y económicos que enfrenta EE.UU. El presidente también enfrenta críticas de los republicanos y un grupo de demócratas que afirman que sus políticas son responsables de la afluencia de inmigrantes y que está minimizando una crisis nacional.
“¿Tenemos una crisis? No. ¿Estamos llegando allí? A este ritmo, sí lo estamos”, dijo en una entrevista el representante Henry Cuellar, demócrata de Texas.
La decisión de Biden de dejar de expulsar a los niños que llegaban solos a la frontera —como lo hizo el expresidente Donald Trump después de que comenzó la pandemia— implicó un aumento en el espacio que necesita el Gobierno en los refugios permanentes. La situación llevó a la Administración de Biden a reabrir una instalación temporal para menores migrantes de la era Trump en Carrizo Springs, Texas, lo que provocó protestas de defensores de los derechos de los inmigrantes.
“Está claro que ya enfrentan importantes problemas porque nadie quiere abrir una instalación de afluencia, pero han tenido que hacerlo”, dijo Mark Greenberg, miembro principal del Instituto de Política Migratoria, quien, bajo la presidencia de Barack Obama, dirigió la Administración para Niños y Familias del HHS, que supervisa la ORR. “Así que no hay duda de que enfrentarán continuos desafíos sobre cómo gestionar las llegadas, incluso en el nivel actual”.
La Administración se enfrenta al problema sin funcionarios clave en dos agencias centrales: el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. y el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza. El nominado de Biden para secretario del HHS, Xavier Becerra, aún no ha sido ratificado por el Senado, mientras que Cindy Huang fue nombrada recientemente como la nueva directora de la ORR.
HV