La mayoría de los miembros del tribunal electoral de Brasil votaron a favor de inhabilitar a Jair Bolsonaro para ejercer cargos públicos durante ocho años en la primera gran derrota legal del expresidente, cuyos esfuerzos por sembrar dudas sobre las elecciones de 2022 ahora han puesto en riesgo su futuro político.
Cuatro de los siete jueces del tribunal dijeron que el líder derechista abusó de sus facultades presidenciales al convocar una reunión de embajadores extranjeros para hacer afirmaciones infundadas sobre el sistema de votación de Brasil meses antes de las elecciones de octubre pasado.
La jueza Cármen Lúcia emitió el cuarto voto minutos después de que se reanudara el juicio el viernes por la tarde.
El juicio sigue en curso, y otro juez podría retrasar semanas la decisión final. Pero Bolsonaro, de 68 años, está en camino de ser inhabilitado hasta 2030, un resultado que le impedirá presentarse en las próximas dos contiendas presidenciales.
El probable veredicto supondrá un ajuste de cuentas para Bolsonaro y su descarado estilo de hacer política. El ex capitán de Ejército conservador pasó años difundiendo teorías conspirativas sobre las elecciones, encendiendo la furia de sus partidarios, que irrumpieron en la capital, Brasilia, el 8 de enero denunciando fraude en la victoria del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro ha negado cualquier irregularidad, insistiendo en que la reunión de embajadores de julio de 2022 era una cuestión de política exterior que entraba dentro de las facultades presidenciales. Al igual que su estrecho aliado Donald Trump, que se enfrenta a dos acusaciones y múltiples investigaciones abiertas en Estados Unidos, ha alegado que es víctima de una persecución política.
“Es una injusticia para mí, mi Dios en el cielo”, dijo Bolsonaro a la prensa en Brasilia el jueves por la mañana. “Están buscando una aguja en un pajar. ¿En qué me equivoqué en una reunión con los embajadores?
Ni el abogado que representa a Bolsonaro en el caso ni su vocero respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre el fallo.
Bolsonaro puede apelar la sentencia ante la Corte Suprema, pero sus problemas legales están lejos de terminar. Se enfrenta a otras 15 causas en el tribunal electoral por acusaciones de que abusó de su autoridad como presidente y trató de socavar la confianza en el sistema de votación electrónica de Brasil.
Aun así, Bolsonaro sigue siendo una figura popular. Su estrecha derrota en los comicios del año pasado —Bolsonaro obtuvo el 49,1% de los votos— y el éxito de su partido en las elecciones parlamentarias alimentaron las expectativas de que lideraría la oposición al Gobierno izquierdista de Lula. Su condición de figura conservadora más fuerte del país generó especulaciones de que se postularía a otro cargo público o volvería a la presidencia en un futuro próximo.
Bolsonaro, en cambio, había evitado en gran medida la atención pública hasta que concedió una serie de entrevistas cuando comenzó el juicio. Incluso sin la posibilidad de presentarse como candidato, los expertos esperan que mantenga una influencia política significativa sobre un movimiento que no tiene otro líder claro.
Fuera del tribunal electoral, Bolsonaro también se enfrenta a investigaciones por posibles delitos ocurridos durante y después de su presidencia. Los presuntos delitos incluyen no declarar millones de dólares en regalos que recibió mientras era presidente, falsificar los registros de vacunación de covid-19 e incitar a los disturbios del 8 de enero.
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