Brasil, que solo es superada por Estados Unidos como foco del virus global, ha visto indicadores clave como la producción y las ventas minoristas sobrepasar las expectativas de economistas justo cuando tiendas y fábricas reanudan sus operaciones y el Gobierno gasta miles de millones de dólares en ayuda de emergencia.
Economistas que observan las tendencias de movimiento durante la pandemia también evidencian que la economía más grande de América Latina está liderando el camino. Gustavo Rangel, economista jefe para la región de ING Financial Markets, señala datos que muestran “una recuperación más rápida en Brasil” en comparación con sus vecinos.
“Brasil se benefició de mantener abiertos ciertos sectores de la economía”, dijo Marco Oviedo, director de investigación económica para América Latina en Barclays. Sin embargo, advirtió que regresar al trabajo no debería significar ignorar las recomendaciones de distanciamiento social. “Se debe enviar el mensaje de que esto es serio”.
Datos recientes han llevado al presidente del banco central de Brasil, Roberto Campos Neto, a calificar la propia previsión de su institución —una contracción económica de 6,4%— de demasiado pesimista. Los economistas encuestados por el banco prevén una caída de 5,6%. De cualquier manera, está muy por delante de los principales pares regionales, México y Argentina, cuya contracción se estima en 9,8% y 12,5%, respectivamente.
Las previsiones del Banco Central fueron pesimistas y la situación está mejor de lo que se esperaba
Los inversionistas han tomado nota e impulsado el índice bursátil de referencia de Brasil en más de 30% durante los últimos tres meses.
Sin embargo, a los economistas les preocupa que la continua propagación del virus pueda desviar la recuperación económica de Brasil. Además, muchos advierten que las cifras —mejores de lo esperado— podrían tener más que ver con los programas de asistencia en efectivo que con las restricciones más flexibles.
Lo que dice Bloomberg sobre Brasil
“Brasil no romperá la tendencia del virus como debería haberlo hecho, ni tampoco tendrá el repunte económico que sugieren las políticas. Que la gente vuelva a la calle no significa que vuelva a consumir”.
—Adriana Dupita, economista para América Latina de Bloomberg Economics
Además, la producción por sí sola no determina una economía saludable. La cantidad de víctimas del virus en Brasil, con más de 3 millones de casos registrados y más de 100.000 muertes, ha hecho que incluso algunos de los políticos más orientados al mercado del país cuestionen la insistencia del presidente Jair Bolsonaro sobre los trabajos primero.
Complica aún más las cosas que dos asesores principales del ministro de Economía, Paulo Guedes, renunciaran el martes, lo que generó preocupaciones sobre su capacidad para implementar las ambiciosas reformas económicas que, según él, son necesarias para mantener el crecimiento a largo plazo.
Si bien el líder de extrema derecha de Brasil ha presionado para reabrir negocios sin importar el costo, los Gobiernos de América Latina están lidiando con qué parte de sus economías deberían permanecer abiertas, y como mantenerlas a flote cuando cierren, a medida que luchan contra la propagación del virus.
Focos de covid-19
Cinco países latinoamericanos ahora figuran entre los 10 primeros en casos de covid-19, con Argentina muy cerca. Brasil se destaca no solo por su número de casos, sino por la vehemente oposición de su líder a las medidas de cuarentena incluso después de haberse enfermado él mismo.
Críticos dicen que ha provocado una crisis de salud pública al restar importancia a los peligros de la enfermedad mientras se apresuraba a reactivar la economía.
“Los cierres matan”, dijo el mes pasado. “Sin sueldos ni trabajos, la gente muere”.
Salvar el trabajo es particularmente complicado en América Latina, donde más de la mitad de la fuerza laboral es informal. Barclays estima que ya se han perdido más de 27 millones. Complica aún más las cosas que las poblaciones son cada vez más urbanas y muchas viven del día a día.
Las restricciones en Brasil se sintieron principalmente en las grandes ciudades, pero Bolsonaro se ha enfrentado con gobernadores y alcaldes que han tratado de mantener a los brasileños en casa, complicando cualquier esfuerzo de aplicación de la reapertura.
En otros lugares, los Gobiernos impusieron medidas mucho más estrictas.
Las cuarentenas siguen vigentes en Chile y Argentina. Ambas capitales, Santiago y Buenos Aires, intentaron levantar las cuarentenas en los primeros días de la pandemia solo para volver nuevamente a ellas. Colombia y Perú mantuvieron sus economías cerradas hasta abril. México cerró todas sus industrias de construcción y manufactura hasta junio.