El banco central de Brasil mantuvo su tasa de interés clave sin cambios en un máximo de seis años y se abstuvo de señalar un recorte inminente a pesar de la creciente campaña a favor de una política monetaria más laxa defendida por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, líderes empresariales y políticos.
Los responsables de la política monetaria mantuvieron este miércoles la tasa Selic de referencia al 13,75% por séptima reunión consecutiva, tal como esperaban todos los analistas encuestados por Bloomberg. Los miembros de la junta encabezada por Roberto Campos Neto han mantenido la tasa sin cambios desde septiembre, luego de un ciclo de ajuste que agregó 11,75 puntos porcentuales a los costos de endeudamiento.
En el comunicado que acompaña a su decisión, el banco central eliminó el lenguaje que prometía reanudar los aumentos de tasas en caso de que la inflación no se comporte como se esperaba, pero reiteró que se necesita “paciencia y serenidad” para futuras decisiones sobre tasas.
“El Comité subraya que persistirá hasta que el proceso desinflacionario se consolide y las expectativas de inflación se anclen en torno a sus objetivos”, escribieron los miembros de la junta. Agregaron que “los pasos futuros de la política monetaria dependerán de la dinámica inflacionaria, especialmente de los componentes más sensibles a la política monetaria y a la actividad económica, de las expectativas de inflación, en particular las de más largo plazo, de sus proyecciones de inflación, de la brecha de producción, y del balance de riesgos”.
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Los banqueros centrales brasileños, que fueron de los primeros en elevar las tasas de interés tras la pandemia, están viendo señales tempranas de que su estrategia está dando sus frutos. La inflación anual disminuyó a 3,94% en mayo, aún más dentro del rango de tolerancia de la autoridad monetaria, dado que la inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como la energía y los alimentos, se desaceleró. El Producto Interno Bruto creció más de lo previsto a principios de año, pero se prevé que pierda fuelle en los próximos trimestres, finalizando 2023 con un crecimiento de poco más del 2%.
Desde que asumió el cargo, Lula ha venido haciendo campaña para reducir los costos de endeudamiento. Después de calificar repetidamente de “absurdos” los niveles actuales de las tasas de interés y decir que están elevando el desempleo, sus críticas comenzaron a resonar más allá del Gobierno.