Una mezcla de volatilidad creciente, múltiplos deprimidos e incertidumbre persistente han hecho pasar dolores de cabeza a los operadores de acciones de Brasil, mientras el mercado local intenta recuperarse de su peor día en más de dos décadas.
El índice de referencia Ibovespa subió un 10% el viernes tras la caída del 15% del jueves. La volatilidad implícita de dos meses para el indicador bursátil está en el nivel más alto desde al menos 2014 en medio de los temores sobre las consecuencias económicas del coronavirus y la esperanza que los encargados de política monetaria respondan con un estímulo adicional.
La reciente liquidación, que ha afectado con especial dureza a las acciones brasileñas, ha comprimido los múltiplos a niveles históricamente bajos. El Ibovespa cotizaba cerca de 8,8 veces las ganancias previstas hasta el jueves, por debajo del promedio de 10 años de 11,4 veces y el más bajo desde 2012. Un indicador técnico también ha señalado que el mercado podría ser sobrevendido.
Los múltiplos actuales para las acciones de Brasil, México y Chile están cerca de dos desviaciones estándar por debajo de las medias históricas, según los estrategas de Itaú BBA liderados por Pablo Ordóñez. “A principios de año, estos múltiplos estaban más cerca de los promedios históricos de México y Chile, y con una prima para Brasil”, escribieron en un informe del 12 de marzo.
Algunos inversionistas ya observan oportunidades de compra. Luiz Alves Paes de Barros de Alaska Investimentos Ltda. dijo que la caída de las acciones de la empresa estatal Petróleo Brasileiro SA, el productor de mineral de hierro Vale SA y la compañía petroquímica Braskem SA fue absurda. Alves ha estado impulsando sus propios valores.
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