California podría ayudar a la Amazonía a ser libre de incendios y deforestación

Los agricultores brasileños, sospechosos de prender miles de incendios en el bosque lluvioso, podrían recibir pagos por preservar los árboles en vez de quemarlos —con dinero californiano—. Una votación el próximo mes en la Junta de Recursos del Aire de California (CARB, por sus siglas en inglés) promulgaría las reglas para los gobiernos locales o nacionales en los países del trópico que quieran construir mercados de créditos de emisiones de C02 generados por la protección a los bosques.

Los créditos son conocidos como "compensaciones" y pueden venderse a las compañías como una manera de equilibrar una parte de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante pagos, en vez de reducir la contaminación en sí misma. El esfuerzo regulatorio de California ha estado en desarrollo por más de una década. Las innovaciones previas de la poderosa agencia estatal en 1966 establecieron las primeras normas para las emisiones de los escapes, y el mes pasado la junta logró un pacto ambiental con importantes fabricantes de automóviles.

De aprobarse, la Norma de los Bosques Tropicales de California crearía un conjunto de buenas prácticas para mantener los bosques intactos y sacar CO2 de la atmósfera. Los gobiernos en el trópico que adopten las normas de protección de los bosques, dentro de las que se incluye sociedades con grupos indígenas y verificación independiente, podrían crear vínculos con los mercados de limitación y comercio que suscriban la norma californiana.

La posición económica y la sofisticación de la política climática de California "la convierten en parte de la solución a la actual crisis de incendios" en Brasil, asegura Daniel Nepstad, director ejecutivo y científico sénior de Earth Innovation Institute, una entidad de investigación sin fin de lucro enfocada en el desarrollo sostenible en el trópico.

El problema es que en la actualidad mucha de la Amazonía vale más muerta que viva. Hay mercados para la carne, la soja y todos los demás productos de Brasil. Estos mercados son tan atractivos que hay muchos incentivos para tumbar los árboles con el fin de satisfacerlos. No existe un mercado equivalente para mantener los árboles en pie.

La Amazonía es el bosque lluvioso más grande del mundo, responsable de atraer enormes cantidades de dióxido de carbono del aire, el cual se fija en la madera y el tejido vivo. La deforestación no solo remueve los árboles del ecosistema, sino que el terreno aclarado se usa para la agricultura, lo cual aumenta las emisiones de CO2. Thomas Lovejoy, profesor en George Mason University, advirtió recientemente que la Amazonía se acerca a un "punto máximo ecológico" después del cual el ciclo del agua y la red de la vida del bosque ya no pueden sostenerse por sí mismos.

Las compañías reguladas actualmente bajo el sistema de limitación y comercio solo pueden comprar compensaciones generadas en EE.UU. En la actualidad, el programa californiano obtiene compensaciones de las emisiones evitadas en la silvicultura, la ganadería, la minería y la industria química, lo que permite a los participantes que protegen los árboles o limitan las emisiones de metano de las minas vender créditos en el mercado. Dentro de los beneficiarios se cuentan tribus nativas estadounidenses, las cuales generan créditos de carbono mediante la gestión de los bosques. Los créditos pueden venderse a las compañías que generan emisiones y deben cumplir con el programa, un grupo en el que se cuentan Chevron Corp, PG&E Corp. y Tesoro Refining & Marketing Co.

Los programas de compensación tuvieron dificultades por años, mientras los funcionarios intentaban arreglar fallas conocidas en su diseño. ¿Qué pasaría si los bosques protegidos se queman accidentalmente? El plan de California intenta lidiar con este problema manteniendo una pequeña reserva de compensaciones que puede usar como seguro. ¿Cómo evitar que los leñadores eludan las protecciones moviéndose a bosques cercanos y desprotegidos? A diferencia de un programa de compensaciones respaldado por la ONU hace 15 años, que acreditaba proyectos pequeños, la norma californiana autorizaría a territorios enteros a generar compensaciones (gobiernos locales o nacionales), de modo que los leñadores no puedan simplemente pasarse a propiedades adyacentes al área restringida.

Hoy en día es mucho más fácil monitorear la deforestación y verificar las mejoras que hace una década, gracias a más y mejor tecnología satelital. Instituciones que van desde el Instituto brasileño para la investigación espacial hasta proveedores de servicios climáticos privados en EE.UU. obtienen datos del sistema MODIS de la NASA con los satélites Aqua y Terra de la agencia. Planet Labs Inc., una empresa de satélites de San Francisco, colabora con universidades, fundaciones y otras compañías tecnológicas en un esfuerzo conocido como MapBiomas, que presenta datos rápidos y de alta calidad sobre el bosque brasileño. Todo esto dificulta los escondites para quienes inician los incendios.

California por sí mismo no puede detener los incendios y la deforestación en Brasil. Las compañías reguladas en el estado solo pueden usar compensaciones para neutralizar hasta 8% de sus emisiones, una cifra que caerá a 4% en 2021, Todo lo demás debe provenir de recortes directos. El porcentaje de compensaciones tolerables es una cifra controversial en la política ambiental. Los activistas piden poca o ninguna sustitución para los recortes directos de emisiones, mientras que las compañías presionan en busca de maneras para cumplir con el menor gasto posible.

Es probable que el programa de la CARB influya en programas de compensación mucho más allá de las fronteras del estado. La política podría generar rigor en el monitoreo y la verificación de las salvaguardias del bosque y aumentar la confianza en los mercados para la financiación y la compra de créditos de emisiones.

La industria internacional de la aviación, por ejemplo, podría ver la norma estatal como un modelo atractivo para su propio trabajo climático, de acuerdo con un documento de contexto de la CARB, y la metodología propuesta podría alimentar iniciativas de cadena de suministro. El solo hecho de tener un método riguroso y transparente para medir, monitorear y verificar las protecciones al bosque podría ser más valioso que generar compensaciones.

Ni siquiera la política con el diseño más efectivo y la implementación más minuciosa puede superar la oposición política. Esta semana, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, rechazó la ayuda extranjera para proteger la Amazonía de los incendios, lo que pone en duda si su gobierno aceptaría un régimen de créditos para emisiones establecido por reguladores en Sacramento.