La ayuda del Gobierno de Brasil para los trabajadores informales está haciendo que las personas violen las medidas de cuarentena para ir personalmente por su dinero, amenazando con empeorar la propagación del coronavirus a medida que el avance de la pandemia se acelera.
Desde Río de Janeiro hasta Ceará, los brasileños acudieron en masa a los bancos para recibir el estipendio de 600 reales (US$114) por mes. Los medios locales mostraban fotografías de filas kilométricas de personas a menudo sin máscaras y amontonadas. Otros tuvieron que acudir en persona a las oficinas de la autoridad tributaria nacional para solucionar problemas con sus documentos de identificación del país, que son necesarios para solicitar la ayuda.
Unos 40 millones de personas son elegibles para la ayuda financiera, que también se puede solicitar en línea. Pero en una nación donde aproximadamente 25% de la población vive en la pobreza, las conexiones a internet a veces están fuera del alcance. El sitio web G1 señaló que la gente esperó más de 12 horas en Río, el segundo estado más afectado por la pandemia.
Pedro Guimarães, director ejecutivo de Caixa Econômica Federal, suplicó a la gente que dejara de acudir a las sucursales del banco. El prestamista estatal es el principal canal del Gobierno para distribuir ayuda.
“Pido que la gente trate de usar la aplicación, la línea directa, tanto como sea posible”, dijo en una conferencia de prensa el jueves. “Solo ir a una sucursal como último recurso”.
Una encuesta publicada en noviembre por el Instituto Brasileiro de Geografia e Estatistica (IBGE) mostró que cerca de 80% de los brasileños vive en hogares con internet, cifra que cae a 66% en la población que vive por debajo del umbral de pobreza.
Funcionarios sanitarios dicen que es probable que aún falten semanas para que Brasil llegue a su pico de casos de COVID-19, que se han duplicado en la última semana a alrededor 30.500. Se han confirmado casi 2.000 fallecidos.