Hay un botón en la puerta trasera de la Chevrolet Silverado 2019 que, cuando se presiona, la abre lentamente. Gran cosa: esa es la innovación de Detroit, alrededor de 2015. Sin embargo, al presionarlo nuevamente, la puerta se cierra sola.
Estamos en las últimas etapas de la evolución en lo que respecta a este género de camionetas pick up, y los márgenes de mejora se han reducido.
La nueva fuente de ingresos de media tonelada de Chevrolet ofrece una pequeña cantidad de bonos para destacar, aunque sea por poco, de sus rivales. Los escalones en la esquina del parachoques trasero son un poco más anchos. El conductor puede revisar la cámara del enganche del remolque mientras viaja para asegurarse de que la carga no haya quedado kilómetros más atrás. Y luego está la puerta trasera automatizada, que no encontrará en ninguna F-150, al menos, todavía no.
Aquí está el pequeño secreto sucio de la dura batalla entre la camioneta pickup Ford y la Chevy: ambas compañías hacen grandes máquinas. Son la fuente de efectivo más reciente de Detroit y, como tales, obtienen los mejores recursos: los mejores diseñadores, los ingenieros más talentosos y los mayores presupuestos de investigación y desarrollo.
¿Cuál es mejor? Es difícil decirlo y, francamente, no importa. En este punto del juego, la posibilidad de que cualquiera de los actores aumente su parte en el mercado de las pick up ("conquistar" en el lenguaje de la industria) es escasa. Además, sería una estrategia defectuosa, dado que una gran parte de los estadounidenses clama por una pick up (ya sea que la necesiten o no).
El mercado, en otras palabras, está creciendo rápidamente. Y no se trata solo de hombres de mediana edad que buscan enviar una imagen de obrero. El primero de mi clase en la escuela secundaria, que fue a Harvard y tiene una lucrativa carrera de banca de inversión en Boston, recientemente cambió su Audi por un una F-150. Los fines de semana, sube a los niños y los lleva a esquiar a Vermont, mientras que el Range Rover descansa en Back Bay.
Este tipo es el consumidor modelo para los ejecutivos más expertos de Detroit. No están enfocados en cambiar la mentalidad de los “hombres duros del camión". Más bien, están dedicados a atraer a los millones de "curiosos de las pick up" dando vueltas. "Estamos enfocados en servir a los clientes, en lugar de perseguir a la competencia", explicó Todd Eckert, director de marketing de camiones de Ford.
En los últimos cinco años, el mercado de pickups de Estados Unidos ha crecido en un 45 por ciento.
Desde esa perspectiva, la nueva Silverado no tiene que ser la mejor pickup. Solo tiene que ser lo suficientemente buena para tener su cuota de recién llegados. Esta es la razón por la que viene en ocho tapicerías, con un rango de precios del tamaño de Texas. A partir de alrededor de US$29.000 y puede llegar a un valor tan alto como el pago inicial de una casa: marque todas las casillas en el presupuesto y el precio de una Silverado subirá a más de US$70.000.
Son los ajustes prácticos los que han hecho que las pick up contemporáneas sean tan buenas y se han convertido más en artefactos culturales que vehículos utilitarios, y a los consumidores les van a gustar. A su vez, unas cuantas docenas de diseñadores en Detroit justificaron sus salarios por un año más.
Lo que es más crítico para los fabricantes de camiones ya no es el poder de remolque, sino que el poder de los precios. En un gran camión, Chevy obtiene unos US$10.000 de ganancia por cada venta. En una camioneta ligeramente menos grande, esa cifra podría caer a US$8.500 ya que la compañía se ve obligada a aplicar incentivos. En el transcurso de un año típico, esa distinción suma casi US$1.000 millones para Chevy.
En resumen, esta es la razón por la que los pequeños detalles importan tanto.
"No creo que nadie realmente haya descubierto cuán alto es el límite del mercado", admitió el jefe de marketing de Silverado, Hugh Milne. Sin hacer ningún esfuerzo, siempre hay un próximo año. Mientras tanto, la puerta trasera automatizada será un gran éxito.