El colapso en las monedas de América Latina frena la capacidad de formuladores de políticas de proporcionar un estímulo monetario a economías que estaban mal incluso antes del brote del nuevo coronavirus.
El real de Brasil, la moneda de peor desempeño del mundo este año, extendió su liquidación y cayó a nuevos mínimos luego de que los precios del petróleo cayeron más de 20% el lunes. El peso colombiano fue la moneda que presentó la mayor caída en el mundo, seguida del peso mexicano, que sufrió su mayor descenso desde la elección del presidente de EE.UU., Donald Trump, en 2016.
“Se necesita un banco central valiente para reducir las tasas de interés ante una venta de divisas tan severa”, dijo Neil Shearing, economista jefe de Capital Economics. “Los bancos centrales en América Latina se habían estado preparando para otra ronda de recortes de tasas, pero los desarrollos en las últimas 24 horas cambian eso. Creo que la mayoría ahora se mantendrá en pausa”.
En Brasil, operadores redujeron las apuestas sobre más recortes de tasas de interés en los próximos meses después de que el director del banco central, Bruno Serra, dijera que la situación actual exigía “precaución” en la dirección de la política monetaria. Apenas la semana pasada, el banco señaló que un crecimiento más débil era una preocupación más grande que una inflación más rápida, reabriendo la puerta a más recortes de tasas de interés a medida que la epidemia del coronavirus afecta las exportaciones y la demanda interna. Los operadores ahora pronostican solo un recorte adicional de un cuarto de punto porcentual este año.
En México, los operadores también redujeron las apuestas sobre recortes de tasas el lunes después de la venta masiva del peso y un repunte en la tasa de inflación en febrero. Analistas desde Crédit Suisse hasta Banco Base dicen que es probable que Banxico intervenga pronto para defender su moneda.
Brasil, México y Chile figuraron entre las economías de más lento crecimiento del mundo el año pasado y son vulnerables a una recesión global que afecta la demanda de sus exportaciones de materias primas. Las acciones se desplomaron el lunes cuando una guerra de precios del petróleo sacudió los mercados que ya estaban bajo máxima presión por la expansión del coronavirus.
Intervenciones FX
El banco central de Brasil intervino en el mercado spot de divisas el lunes por primera vez este año, vendiendo casi US$3.500 millones de sus reservas extranjeras para tratar de frenar la caída del real. La moneda igual se debilitó 2,5% llegando a un mínimo histórico de 4,74 por dólar.
El banco central de Perú aumentó las ventas de swaps de divisas para suavizar la caída del sol, que se cotiza a un mínimo de cuatro años. La junta del banco establecerá su tasa de interés crediticia clave el 12 de marzo y, hasta la semana pasada, siete de nueve economistas pronosticaban una pausa en 2,25%, mientras que dos pronosticaron un recorte de 2%.
El Banco de la República de Colombia y el Ministerio de Hacienda publicaron una declaración conjunta, diciendo que el peso está respondiendo a las condiciones globales cambiantes y que tomarán las medidas apropiadas de manera coordinada.
El peso chileno cayó menos que la mayoría de sus pares latinoamericanos debido al optimismo de que su economía está en una posición más fuerte para resistir la desaceleración global. El Gobierno ya ha prometido miles de millones de dólares en gastos adicionales luego de una ola de protestas el año pasado, mientras que los precios de su principal exportación, el cobre, se han mantenido mejor que los del petróleo y otros productos básicos.
Las naciones importadoras de petróleo en Centroamérica y el Caribe se beneficiarán de los precios más bajos del petróleo, aunque esto no será suficiente para compensar el daño causado por el coronavirus en el turismo y las cadenas de suministro manufactureras que es “real, enorme y está sucediendo en este momento”, comentó Shearing.