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Venezuela: el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio presiona a Juan Guaidó

Son 33 juristas que viven en Estados Unidos, Panamá, Colombia y Chile. Cada 15 días se reúnen por videoconferencia.

Demonstrators In L.A. Protest Against Venezuelan President Maduro Amid Political Turmoil In The Country
Demonstrators In L.A. Protest Against Venezuelan President Maduro Amid Political Turmoil In The Country | Photographer: Mario Tama/Getty Images North America

Durante el último año y medio, una segunda Corte Suprema venezolana ha presidido las leyes del país a través del milagro de la computación en la nube. Sus 33 juristas viven en Estados Unidos, Panamá, Colombia y Chile. Cada 15 días la corte se reúne por videoconferencia.

Conocido como el Tribunal de Justicia de Venezuela en el exilio, el organismo ha remitido a líderes militares del país a la Corte Penal Internacional de la Haya. También ha sentenciado a Nicolás Maduro, un hombre que aún cuenta con el reconocimiento de Rusia, Cuba y China como presidente de Venezuela, a 18 años de prisión. Hasta esta semana, pocos habían puesto atención a esta corte sin país. Su insignia de Twitter no está verificada.

Sin embargo, ese tribunal en el exilio está a punto de ganar relevancia. El 11 de enero, solicitó a Juan Guaidó, el líder de la Asamblea Nacional, asumir la presidencia interina; y a medida que más países reconocen su legitimidad, hay un impulso para reconocer también a la corte exiliada.

Consideremos la declaración del 4 de enero de un grupo de 12 países latinoamericanos más Canadá, conocido como el Grupo de Lima, formado en respuesta a la crisis venezolana. En ella llamaban a Maduro a no juramentarse para un segundo periodo. También afirmaba la legitimidad del tribunal en el exilio, bajo el argumento de que "se formó en concordancia con la constitución venezolana".

Carlos Vecchio, reconocido por EE.UU. el domingo como el representante diplomático de Venezuela en Washington, me dijo en una entrevista que el gobierno interino considera a esta judicatura por Skype la corte suprema de su país. La corte, asegura, ha tenido un rol fundamental en la dirección de la Asamblea Nacional a través de la crisis y ha confirmado que "lo que estamos haciendo es constitucional". El juez principal del tribunal, Miguel Ángel Martín, asegura que la corte se ve a sí misma como "el guardián de la constitución".

El tribunal ya había determinado que la reelección de Maduro en mayo no era legítima, pero el 9 de enero señaló el fin de su periodo en el cargo. Esa fue la fecha en que "la ilegitimidad de Maduro quedó cristalizada", asegura Martín. El tribunal determinó que la Asamblea Nacional debía considerar la presidencia de Venezuela como vacante, una precondición para invocar el artículo 233 de la constitución venezolana, por el que Guaidó fue nombrado presidente interino.

"Maduro es un déspota, un tirano que superó a Mussolini, Hitler y Stalin"

Este enfrentamiento se remonta a 2015, cuando la oposición ganó dos tercios de los asientos en la Asamblea Nacional. Casi tan pronto como llegaron los resultados, Maduro y su partido empezaron a deslegitimizar el órgano legislativo. Primero, sus partidarios en la Asamblea Nacional llenaron la alta corte de jueces incapaces. Luego, esos jueces determinaron que Maduro podía resucitar un plebiscito realizado originalmente para reescribir la constitución venezolana durante el mandato de su predecesor, Hugo Chávez. Después de que se formó esa "Asamblea Constituyente", la corte formada por Maduro otorgó al órgano los poderes de la Asamblea Nacional, dentro de los que se incluye el nombramiento de los jueces de la Corte Suprema.

En 2017, Maduro decretó que tenía autoridad para reescribir la constitución (en contraste con Chávez, quien cambió la constitución mediante un referendo en 1999 e intentó infructuosamente hacerlo de nuevo en 2007).

En respuesta, la Asamblea Nacional nombró a sus propios jueces para esa corte. Maduro amenazó con arrestarlos, y los jueces se escaparon. Desde julio de 2017, todo el tribunal en el exilio, así como su comité ejecutivo, se han reunido en el ciberespacio.

Ahora, esta alta corte está guiando una transición a la democracia en Venezuela, valiéndose de una constitución enmendada para consolidar la revolución chavista. Es una hermosa ironía. "La salida de Maduro del cargo será resultado de procesos descritos en la constitución promulgada por su predecesor", asegura Thor Halvorssen, el presidente nacido en Venezuela de Human Rights Foundation, con sede en Nueva York. Podría decirse que al hombre fuerte de Venezuela le está saliendo el tiro por la culata gracias a su mentor.