Un estudio del Centro de Investigación de Aerosoles de la Universidad de Bristol realizó una simulación del comportamiento del COVID-19 en el aire y mostró que el virus pierde su mayor parte de capacidad de contagio 20 minutos después de estar en el aire. Los investigadores señalaron un 90% de perdida de capacidad durante los primeros cinco minutos de estar en contacto con el aire.
Esta información sobre como el virus viaja por el aire puede favorecer la postura de países como España y Suiza, abiertos al debate en Europa sobre una fase endémica del virus y que, a su vez, puede ayudar a guiar las medidas de contención.
Los resultados de esta investigación, no revisado por pares, refuerzan la noción de que el virus se transmite principalmente en distancias cortas, brindando un nuevo apoyo para el distanciamiento social y el uso de mascarillas como medio para frenar las infecciones.
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El director del centro de investigación, Jonathan Reid, afirmó sobre el estudio en una entrevista con el Guardian el día martes y afirmo que “cuando te alejas, no solo se diluye el aerosol, también hay menos virus infeccioso porque el virus ha perdido infectividad [como resultado del tiempo]”.
Otros hallazgos del estudio indican que las partículas virales se secan rápidamente después de abandonar el ambiente húmedo y rico en dióxido de carbono de los pulmones, frenando su capacidad de infectar a otras personas. Se descubrió que la humedad del aire es un factor determinante en la rapidez para desactivar estas partículas, cuya efectividad se ralentiza en duchas que en oficinas.
Según muestra el estudio, los niveles de humedad por debajo del 50% (similar al aire seco que se encuentra en las oficinas) producen que el virus pierda la mitad de su capacidad de propagación en cinco segundos. Cuando la humedad sube al 90%, similares a los niveles en las duchas, el virus pierde la infecciosidad más lentamente, con más de la mitad de las partículas aún contagiosas después de cinco minutos.
La temperatura del aire, dice el estudio, no tuvo impacto en la infecciosidad del virus.