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Demanda de Tesla para reapertura no tiene sentido: Noah Feldman

No es exactamente el boicot a los autobuses de Montgomery y Elon Musk no es Rosa Parks, pero Tesla aparentemente está involucrada en un acto altamente inusual de desobediencia civil corporativa.

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No es exactamente el boicot a los autobuses de Montgomery y Elon Musk no es Rosa Parks, pero Tesla aparentemente está involucrada en un acto altamente inusual de desobediencia civil corporativa.

Las autoridades de salud del condado de Alameda le ordenaron a la empresa mantener cerrada su megaplanta de Fremont, California, pero Tesla abrió la fábrica durante el fin de semana y comenzó a fabricar automóviles. El lunes, se informó que el estacionamiento de sus empleados estaba casi lleno, lo que sugiere una reapertura casi total.

El director ejecutivo, Elon Musk, había anunciado dos días antes que la compañía demandaría al condado en un Tribunal Federal. Sin embargo, esa demanda aún no ha dado ningún resultado. Hasta ahora, se puede determinar que Tesla está violando la ley a sabiendas e intencionalmente.

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Si eso suena extremo, debería. Se supone que las empresas no deben participar en actos de desobediencia ilegal. Los principios del derecho corporativo consideran la conducta ilegal intencional como una violación del deber fiduciario de la corporación con sus accionistas.

A simple vista se puede ver que la demanda de Tesla no tiene todas las de ganar. El primer argumento, y el central, sería que, según las directrices del gobernador de California, la fabricación de automóviles se considera infraestructura crítica exenta de un cierre en todo el estado, por lo que el condado de Alameda no puede cerrar la planta.

La orden de California, que revisé cuando salió, se basa en una lista federal de infraestructura crítica. Esa lista incluye la fabricación del sector del transporte, incluida la fabricación de automóviles. En otras palabras, la orden del gobernador de California no causó por sí sola el cierre de la planta de Tesla.

Al mismo tiempo, la orden del gobernador no decía que los gobiernos locales o municipales no pudieran aplicar más restricciones.

El condado decidió imponer estándares “más estrictos” que los adoptados por el estado. El condado solo permitió la apertura de lo que consideraba negocios “esenciales”, que no incluían la planta de Tesla.

La demanda de Tesla cita un documento de preguntas frecuentes del condado de Alameda que dice que una empresa que “instala sistemas distribuidos de carga solar, de almacenamiento o de carga de vehículos eléctricos” puede continuar operando. El mismo documento dice que “las empresas también pueden operar para fabricar componentes de recursos energéticos distribuidos, como paneles solares”.

Sin embargo, fabricar automóviles completos no es lo mismo que instalar sistemas de carga de vehículos. Tampoco la fabricación de paneles solares es lo mismo que la fabricación de automóviles.

El condado ha dejado en claro que aún no autoriza la apertura de la planta. Y como una cuestión de principio legal, no hay razón para que el condado no pueda ser más restrictivo que el estado, a menos que el estado diga que no puede serlo, lo que no ha hecho.

En un intento por abordar este problema, la demanda incluye todo tipo de argumentos constitucionales. Dice que la orden del condado no cumple con el debido proceso, lo que es claramente incorrecto. Dice que la orden discrimina, porque otro condado está permitiendo la fabricación de automóviles, pero esto no es discriminación, porque diferentes condados podrían interpretar de manera razonablemente diferente la orden del gobernador. Y dice que la orden del condado contradice las leyes estatales generales, lo que en realidad no parece hacer.

La conclusión es que Tesla podría lograr finalmente presionar al condado para que permita la reapertura, pero no puede estar confiada de ganar su demanda.

E incluso si los argumentos legales de Tesla fueran más sólidos de lo que son, tampoco significaría que una empresa puede infringir la ley.

Es posible concebir que en algunas circunstancias en las que una ley es moralmente injusta, una empresa pueda tener una justificación para actuar como un individuo e incumplir la ley como un acto de desobediencia civil para cambiarla. Pero reabrir una planta con fines de lucro y poner en peligro a los trabajadores con el único propósito de ganar dinero, no es una situación en la que la moralidad prevalezca sobre la ley.

Y es evidente que se crearía un precedente realmente nocivo si las empresas simplemente pueden ignorar las leyes que consideran que violan sus intereses corporativos.

La idea no es solo que las empresas deben responder por violar la ley, al igual que todos los demás. Es que las empresas son, en sí mismas, sujetos de ley, creadas por normas legales y que existen solo por la tolerancia del sistema legal. Las empresas no son personas naturales, son personas jurídicas.

Está mal que una empresa creada según las leyes esté facultada para violar la ley de manera intencional y consciente, y sin una acusación confiable de que la ley o el sistema legal son inherentemente injustos. Hay un proceso legal perfectamente válido para que Tesla trabaje con los funcionarios del condado para crear condiciones que hagan segura la reapertura.

En la práctica, el condado de Alameda podría no tener la capacidad para imponer sanciones significativas contra Tesla por violar la ley. Pero los accionistas de Tesla sí, quienes incluso pueden demandar a la compañía por incumplimiento de su deber fiduciario con sus accionistas a través de la infracción de la ley. La demanda de Tesla podría no ser la única en esta saga.