La administración Trump dijo que necesita confrontar a China sobre sus prácticas comerciales para defender los intereses a largo plazo de Estados Unidos a pesar de que la escalada en los aranceles cause incomodidad a los consumidores estadounidenses.
La inacción por parte de EE.UU. dejaría peor a la economía y a los consumidores estadounidenses en el largo plazo, dijo un alto funcionario de la administración a los periodistas en una sesión informativa el viernes, hablando bajo condición de anonimato.
La industria estadounidense ha rechazado ampliamente el uso de aranceles por parte de la administración Trump para forzar cambios en la economía de China, y compañías desde Gap Inc. hasta Samsonite International SA han dicho que están preparadas para subir los precios si los nuevos gravámenes afectan sus negocios.
El mayor golpe de Trump en una creciente batalla comercial entre las principales economías del mundo aplicará un arancel del 10 por ciento a US$200.000 millones de importaciones chinas a partir del lunes, que podría subir al 25 por ciento el próximo año. Trump ha amenazado con aranceles sobre otros US$267.000 millones de productos fabricados en China, que afectarían a casi todos los demás bienes de consumo, incluidos teléfonos móviles, zapatos y ropa.
La última ronda de gravámenes se suma a un arancel de 25 por ciento que ya se impuso sobre alrededor de US$50.000 millones en productos chinos, lo que provocó aranceles de represalia de parte de Pekín. China planea tomar medidas similares a la última ronda de aranceles sobre US$200.000 millones de EE.UU. mediante la aplicación de gravámenes sobre US$60.000 millones en productos estadounidenses.
Regateando centavos
"Los nuevos US$200.000 millones de aranceles de EE.UU. sobre bienes chinos, principalmente orientados al consumidor, deprimirán el gasto y dañarán al sector minorista a partir de 2019", escribieron Seema Shah y Danielle McIntee, analistas de Bloomberg Intelligence, en una nota el viernes. "Las familias de menores ingresos, que ya están regateando centavos, son las más expuestas, dada la probabilidad de aumentos en los precios relacionados con los aranceles en los artículos de uso diario".
EE.UU. está evaluando planes para las medidas de represalia chinas a la ronda de aranceles sobre US$200.000 millones, pero no tiene nada que anunciar aún sobre una nueva ronda de gravámenes, dijo el funcionario.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo a principios de esta semana que los aranceles se distribuyen en una gama tan amplia de productos que los estadounidenses no deberían notar los aumentos de precios.
"Estábamos tratando de hacer cosas que fueran lo menos invasivas posible para el consumidor", dijo Ross en CNBC el martes. "Realmente fuimos artículo por artículo tratando de determinar qué cumpliría el propósito punitivo sobre China y al mismo causara la menor perturbación en EE.UU."
EE.UU. sigue abierto a las negociaciones comerciales con China, pero no hay reuniones programadas por el momento, dijo el funcionario. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha extendido una invitación para reanudar las conversaciones comerciales con sus homólogos chinos. La nación asiática había señalado que se negaría a negociar si la administración Trump cumplía con la ronda de aranceles sobre US$200.000 millones.
