Los disturbios sacudieron Barcelona por quinta noche, después de una huelga general que atrajo a una multitud de medio millón de personas a las calles de la capital catalana para protestar contra las sentencias de cárcel para los líderes de un intento de hace dos años de separarse de España.
Si bien la huelga transcurrió en gran medida de manera pacífica, Barcelona y otras ciudades catalanas cayeron en una violencia renovada el viernes por la noche. Las imágenes televisadas mostraron que se usaban cañones de agua para dispersar a los manifestantes que montaron barricadas en llamas y lanzaban piedras a la policía.
El ministro del Interior en funciones de España, Fernando Grande-Marlaska, destacó que un núcleo duro de unos 400 agitadores muy violentos fue responsable de los ataques sostenidos contra la policía que dejaron 207 agentes heridos esta semana. Hasta ahora, la policía ha realizado 128 arrestos, afirmó el funcionario en una conferencia de prensa en Madrid el viernes por la noche.
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La huelga convocada por dos sindicatos es otro imán de ira contra las sentencias del Tribunal Supremo español por un total de aproximadamente 100 años para nueve líderes separatistas que intentaron diseñar una ruptura inconstitucional de España en 2017. La agitación se desarrolla en el contexto de una campaña electoral que llamará a los votantes a las urnas el 10 de noviembre por cuarta vez en la misma cantidad de años.
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Grande-Marlaska intentó minimizar el tamaño de la estimación de la multitud para la huelga dada por la policía de Barcelona, diciendo que las manifestaciones anteriores a favor de la independencia habían sido mucho mayores. Los incidentes violentos en todo Cataluña dejaron 62 personas heridas el viernes, informó el periódico La Vanguardia.
JPA
