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Dominio de Guaidó se debilita con fallida incursión a Venezuela

En los días desde que Venezuela detuvo fácilmente una invasión liderada por un estadounidense, una sombra empezó a caer sobre Juan Guaidó, el líder de la oposición respaldado por Washington. Algunos de sus colegas empezaron a cuestionar no solo su fe en él, sino también el enfoque de la Administración Trump para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro.

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En los días desde que Venezuela detuvo fácilmente una invasión liderada por un estadounidense, una sombra empezó a caer sobre Juan Guaidó, el líder de la oposición respaldado por Washington. Algunos de sus colegas empezaron a cuestionar no solo su fe en él, sino también el enfoque de la Administración Trump para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro.

Legisladores de oposición se han puesto en contacto con el Departamento de Estado de EE.UU. para solicitar un cambio de dirección, incluso de liderazgo, según cinco personas con conocimiento directo del asunto. Varios han sugerido nuevas negociaciones con Maduro, mientras que otros quieren elecciones parlamentarias. Guaidó ha rechazado ambas opciones.

Algunos dicen que la crisis que se extiende por todo el país debido a la cuarentena por el coronavirus y la escasez presenta una oportunidad para ganarse los corazones de la gente. Quieren subsidios para las familias más pobres provenientes de fondos controlados por Guaidó: más política social y menos fanfarronería diplomática. Un veterano líder de la oposición afirma rotundamente que el liderazgo de Guaidó ha terminado, aunque lo dice bajo condición de anonimato.

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Hasta cierto punto, tales maniobras y luchas internas son una parte integral de la política en cualquier lugar. El hecho de que los disidentes no estén dispuestos a hablar públicamente es evidencia de que saben que no pueden ganar por ahora. En general, los partidos de oposición dicen que mientras Guaidó mantenga el apoyo de Estados Unidos, no será reemplazado; al menos no este año.

‘Puñaladas por la espalda y celos’

La Administración Trump sigue respaldándolo por completo. Como dijo un funcionario de alto rango, “Las puñaladas por la espalda y los celos son normales. Creemos que la mayoría de la oposición está unida detrás de Juan Guaidó”.

Aún así, es más débil que nunca en los 16 meses transcurridos desde que la reelección de Maduro fue desestimada como fraudulenta y Guaidó, que encabeza la Asamblea Nacional elegida democráticamente, fue declarado presidente interino legítimo, con el respaldo de Estados Unidos y más de 50 países.

“No hay forma de que Guaidó salga ileso”, asegura Luis Vicente León, presidente de la encuestadora de Caracas Datanálisis. Hace 14 meses el 63% de los venezolanos creía que era posible un cambio de gobierno, según las encuestas de León; hoy esa cifra es de 20%.

Cuando se le pidió un comentario, la oficina de Guaidó dijo: “reemplazarlo sería perjudicial para las fuerzas democráticas, ya que es el único líder que ha logrado aglutinar un amplio apoyo internacional contra Maduro”.

Los nuevos problemas de Guaidó son el resultado de su reacción a la reciente incursión fallida dirigida por un boina verde estadounidense retirado. Primero, dijo que había sido organizada por el régimen de Maduro y que no tenía ningún vínculo con él. No obstante, el líder estadounidense de la operación, Jordan Goudreau, hizo público un contrato que había firmado con dos aliados de Guaidó y una grabación de una conversación con el propio Guaidó.

Aliados despedidos

Luego, bajo presión para despedir a ambos, Guaidó aceptó sus renuncias. Uno de los hombres reconoció las discusiones contractuales con Goudreau, pero dice que canceló la participación en la operación cuando vio lo mal planeada que estaba. Mientras tanto, Guaidó ha evitado las preguntas de la mayoría de los periodistas y sigue a la defensiva.

David Smilde, un experto en Venezuela en la Universidad de Tulane, cree que Guaidó está pasando por su peor momento. “La incursión fallida definitivamente erosiona el liderazgo de Guaidó, tanto a nivel nacional como internacional”, asegura. “Sus niveles de aprobación ya estaban disminuyendo de manera constante en los últimos meses, ya que no ha podido cumplir la rápida transición que prometió”. Pero Guaidó sigue siendo el líder más popular del país y Smilde cree que todavía está a salvo.

Por otro lado, el analista político de Caracas Dimitris Pantoulas dice que el tiempo de Guaidó parece haber terminado. “Tiene que hacer concesiones a otros partidos políticos, y otros líderes políticos criticarán más explícitamente lo que Guaidó hace y dice”, argumenta.

Dejando a un lado la invasión fracasada, los legisladores de la oposición se quejan de que Guaidó, su mentor Leopoldo López y funcionarios de EE.UU. mantienen muy cerrada la estrategia para derrocar a Maduro. La Administración Trump ha impuesto severas sanciones a Venezuela, así como a sus principales funcionarios, y ha acusado a muchos de narcotráfico.

Elecciones estadounidenses

Varios legisladores dicen que la planificación debe trasladarse de Washington a Caracas, con consultas a todos los partidos, porque parte de lo que impulsa la política estadounidense, dicen, son las próximas elecciones y el deseo del presidente Donald Trump de ganar votos de los exiliados venezolanos y cubanos en Florida.

El analista Pantoulas refleja ese sentimiento cuando dice: “la estrategia de EE.UU. en Venezuela está interrelacionada con la política y los votantes estadounidenses y no siempre va de la mano con las necesidades en Caracas”.

Primero Justicia, uno de los principales partidos de oposición, emitió una declaración después de la incursión fallida en la que exigía nuevos mecanismos para la toma de decisiones de la oposición, “para que se respete la unidad y el foco de la lucha esté en la salida de Maduro”. Dice que se está desperdiciando demasiada energía en “la creación de una casta burocrática más que en un cambio político”.

Henrique Capriles, fundador de Primero Justicia, ha estado diciendo durante meses que los fracasos de Guaidó en 2019 no deberían volver a ocurrir y que se necesitan negociaciones con Maduro. Sus seguidores han sugerido que debería reemplazar a Guaidó.

‘Barajar la partida’

“¿Qué le ofrece a la gente en el 2020?”, preguntaba Capriles en enero. “Hay que barajar la partida”.

Varios legisladores quieren negociaciones con Maduro para las elecciones parlamentarias de este año. Creen que la crisis económica empeorará, el sistema de salud vaciado podría colapsar y el Gobierno de Maduro podría verse obligado a aceptar condiciones electorales justas y ayuda humanitaria.

Venezuela está entrando en su tercer mes de cuarentena, con una escasez de bienes básicos y gasolina y una inflación anual de 3.173%, según el índice de Bloomberg Café con Leche.

Al final, muchos venezolanos dicen que sus sentimientos sobre Guaidó importan menos de lo que un cierto alguien del norte esté dispuesto a arriesgar para deshacerse de Maduro.

“Si esto fuera una película, Guaidó sería el actor de reparto”, dice León, de la encuestadora. “El rol de protagonista es de Trump”.