La escasez de combustible en Venezuela empeora, ya que las renuncias masivas en la flota de embarcaciones de la petrolera estatal del país retrasan los despachos de gasolina.
Las refinerías de Petróleos de Venezuela operan a menos de un cuarto de su capacidad, lo que obliga a importar gasolina. Una vez que los envíos se descargan en los muelles de importación, barcos más pequeños distribuyen combustible a las terminales en la costa, donde se carga en camiones para abastecer a las estaciones de servicio. Pero a medida que los buques petroleros pierden ingenieros y timoneles los retrasos de las entregas son cada vez más frecuentes, según fuentes vinculadas a la cuestión.
Las filas para comprar gasolina son uno de los desafíos de la vida cotidiana en Venezuela, junto con la escasez de productos básicos, los apagones frecuentes y la falta de transporte público. Los precios de la gasolina siguen siendo de los más baratos del mundo, con un valor en el mercado negro de menos de un centavo por galón (3,8 litros). Nicolás Maduro todavía no los sube luego de comprometerse a hacerlo en septiembre.
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De acuerdo con un documento al cual tuvo acceso Bloomberg, las renuncias y solicitudes de licencia por parte del personal de PDV Marina, filial de despacho de la petrolera, reducen al mínimo las tripulaciones de los buques. El documento revela que al menos 11 embarcaciones están afectadas y la escasez de personal merma la capacidad de PDVSA de hacer entregas a tiempo. Funcionarios del Ministerio de Petróleo y la empresa declinaron hacer comentarios.
"Los barcos petroleros se retrasan todo el tiempo", señaló Gregorio Rodríguez, líder sindical de PDVSA, desde Puerto La Cruz. "La situación es peor en las ciudades alejadas de los centros de distribución, donde la flota de camiones también es inestable, al igual que en el este de Venezuela".
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La decreciente producción petrolera venezolana exacerba un gigantesco déficit fiscal. El país no ha pagado casi US$7.000 millones que adeuda a inversionistas y entrega barriles de crudo para saldar préstamos pendientes.
Un documento redactado por el departamento de comercio y suministro de PDVSA describe malas condiciones de trabajo y falta de equipamiento de seguridad, comida o alojamiento seguro en las naves. Los buques Caura y Guanoco no tienen funcionarios a bordo, a otras tres embarcaciones les falta un primer ingeniero y dos barcos están anclados indefinidamente en Portugal y Bonaire.
El desplome de los salarios producto de la hiperinflación, que crece a un ritmo anual de 187.400% según el indicador Café con Leche de Bloomberg, provoca que el personal opte por salir del país, comentó Luis Díaz, trabajador de PDV Marina en Puerto La Cruz.
"Más de 100 empleados, entre ellos capitanes, oficiales, ingenieros de máquinas y asistentes de cubierta, amenazaron a PDVSA hace dos semanas con renunciar en masa si no arreglan nuestras escalas salariales", detalló Díaz.
