Raúl Gorrín Belisario, magnate de la televisión venezolana, fue acusado en Estados Unidos de lavar al menos US$159 millones en sobornos a funcionarios de la Oficina Nacional del Tesoro de Venezuela que lo ayudaron a sacar dinero del país a través de una compleja red de controles monetarios. El empresario, que compró la cadena Globovisión el 2013, realizó pagos para que funcionarios del tesoro nacional, que no fueron identificados, y otro conspirador pudieran disfrutar de artículos de lujo como aviones, yates y caballos de carrera, según un caso que fue hecho público el lunes en una corte federal en West Palm Beach, Florida.
El caso amplía el ataque del Departamento de Justicia a la corrupción que parallizó a Venezuela mientras atraviesa por una de sus peores crisis económicas en la historia. En un caso relacionado, fiscales en Miami acusaron a nueve personas en un escándalo de lavado de dinero que involucra US$1.200 millones robados a la petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA, conocida como PDVSA.
Gorrín, de 49 años, compró el único canal de televisión privado de Venezuela especializado en noticias y suavizó la retórica contra el gobierno, despidiendo a periodistas y poniendo fin a programas de actualidad. El 21 de septiembre, un juez federal declaró a Gorrín fugitivo de la justicia estadounidense. Su abogado, Howard Srebnick, no respondió de inmediato una llamada para obtener comentarios.
Los fiscales acusaron a Gorrín de violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero y conspirar para lavar dinero, usando las ganancias de los delitos para comprar propiedades en el sur de Florida y Nueva York. EE.UU. busca confiscar dos docenas de propiedades, incluyendo casas y apartamentos de lujo. La acusación detalla instancias en las que Gorrín transfirió dinero desde cuentas en bancos suizos, como HSBC Holdings Plc, para hacer pagos corruptos a funcionarios venezolanos a cambio de su ayuda para adjudicarse negocios. El banco, que no fue acusado de irregularidades, no emitió comentarios en forma inmediata.
En 2010, Gorrín se asoció con un funcionario de un banco extranjero no identificado y otras personas para comprar una institución financiera en República Dominicana “con el propósito de lavar dinero y pagar sobornos a funcionarios venezolanos”, según la acusación. Gorrín, quien es considerado un conspirador en el caso de PDVSA, no está acusado en ese asunto.