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Pandemia de coronavirus

Los turistas estadounidenses propagan el miedo de contagio en Irlanda

Un barman en Kerry, al suroeste de Irlanda, se apresuró a buscar a su jefe a principios de este mes. Tenemos problemas, le dijo a Gerard Kennedy.

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A principios de este mes, la UE extendió la prohibición de viajar a residentes de EE.UU., considerando que la respuesta de EE.UU. a la pandemia había sido inadecuada. Si bien no fue vinculante, la mayoría de los Estados miembro siguieron el consejo. Pero Irlanda mantuvo sus puertas abiertas. No hizo obligatoria la cuarentena como Eslovenia ni exigió una prueba negativa de covid-19 como Croacia. | CEDOC

Un barman en Kerry, al suroeste de Irlanda, se apresuró a buscar a su jefe a principios de este mes. Tenemos problemas, le dijo a Gerard Kennedy.

“Dijo ‘es un estadounidense’”, según Kennedy, quien dirige la casa de huéspedes Moorings y el Bridge Bar. “Era como si hubiera visto un cocodrilo. Normalmente, nos encantan los visitantes extranjeros. Pero en este momento, la gente aquí está nerviosa”.

El episodio es una pequeña muestra del miedo inspirado por los estadounidenses que viajan a Irlanda, uno de los pocos países de la Unión Europea que actualmente permiten turistas estadounidenses. No ha habido indicios de una afluencia, pero los lugareños aún temen la posibilidad de una segunda ola del coronavirus provocada por visitantes extranjeros, especialmente del país con el peor brote del mundo.

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En una muestra de la fría recepción que puede esperar el estadounidense cuando el resto de la UE vuelva a abrir, las reservas en Irlanda han sido canceladas y se ha rechazado a los visitantes mientras los locales cuestionan el fundamento de la política.

“El covid-19 está fuera de control en Estados Unidos”, dijo Darren O’Rourke, portavoz de transporte para Sinn Fein, el principal partido de oposición de Irlanda. “Es imprudente que los vuelos puedan aterrizar aquí sin controles ni precauciones adicionales”.

A principios de este mes, la UE extendió la prohibición de viajar a residentes de EE.UU., considerando que la respuesta de EE.UU. a la pandemia había sido inadecuada. Si bien no fue vinculante, la mayoría de los Estados miembro siguieron el consejo. Pero Irlanda mantuvo sus puertas abiertas. No hizo obligatoria la cuarentena como Eslovenia ni exigió una prueba negativa de covid-19 como Croacia.

Bajo presión para justificar el enfoque, el primer ministro irlandés, Micheal Martin, dijo esta semana a legisladores que la cuarentena obligatoria poco controlaría la propagación del virus, y el Gobierno sigue desalentando los viajes no esenciales al país.

“Restringir el movimiento es algo muy estricto”, dijo. “Básicamente significa que se puede ir a la tienda”.

Los arribos a Irlanda desde EE.UU. han bajado más de 95%. Pero la preocupación es que los estadounidenses que llegan a la Isla Esmeralda están haciendo más que compras y no están tomando las precauciones adecuadas.

El viernes, Martin dijo que podría ser hora de que viajar a Irlanda fuera más difícil, insinuando que el Gobierno podría considerar solicitar pruebas negativas a los viajeros que provienen de focos críticos de coronavirus.

Falsa alarma

La confusión en torno a las reglas frustra a muchos. La destilería de whisky Jack Teeling en el área histórica de Liberties, en Dublín, también ha rechazado a algunos visitantes extranjeros porque no habían cumplido con el autoaislamiento durante dos semanas.

“Va en contra de todo lo que intentamos defender en términos de una experiencia cálida y amigable”, dijo Teeling. “Me parece extremadamente perjudicial para nuestra reputación turística en general”.

Regresemos a Moorings, un popular punto de parada en viajes de visita a la isla Skellig Michael, donde se filmó parte de la serie Star Wars. Kennedy fue muy cuidadoso para poder reabrir de manera segura.

A la final, el susto estadounidense resultó ser una falsa alarma. No era un turista, sino uno de los 10.000 ciudadanos estadounidenses que viven en Irlanda.

“Fue divertido”, dijo Kennedy. “Pero eso muestra cuán nerviosos están algunos. La mayoría de nosotros estamos un poco asustados”.