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Estrella del arte murió sin herederos y dejó millones en juego

En 1961, Mark Tobey, pintor nacido en Wisconsin y asentado en Basilea, se convirtió en el primer artista no francés en conseguir una exposición individual en el prestigioso Museo de las Artes Decorativas de Francia. Fue "el espectáculo individual de la temporada", escribió la corresponsal de la revista The New Yorker Janet Flanner. Citó a un crítico de la revista parisina Preuves, que llamó a Tobey "quizás el pintor más importante de nuestra época".

Mark Tobey
Mark Tobey | Gentileza Wikimedia Commons

En 1961, Mark Tobey, pintor nacido en Wisconsin y asentado en Basilea, se convirtió en el primer artista no francés en conseguir una exposición individual en el prestigioso Museo de las Artes Decorativas de Francia. Fue "el espectáculo individual de la temporada", escribió la corresponsal de la revista The New Yorker Janet Flanner. Citó a un crítico de la revista parisina Preuves, que llamó a Tobey "quizás el pintor más importante de nuestra época".

Un año más tarde, William C. Seitz, curador de pinturas y esculturas del Museum of Modern Art, organizó un espectáculo sobre Tobey en Nueva York. Seitz clasificó a Tobey como un precursor de Jackson Pollock. "En la actualidad", señaló, "parece que Tobey es mejor considerado en el extranjero que en su país".

Casi 60 años después, Pollock sigue siendo un nombre importante. A Tobey, quien murió en 1976, rara vez se le menciona.

No ha tenido una exposición individual en un museo de Nueva York hace más de 40 años y sus grandes obras aparecen con poca frecuencia en el mercado abierto. "No ha habido grandes exposiciones en museos o galerías", afirma el distribuidor Craig Starr. "Cualquiera que tenga buen gusto y vea su mejor trabajo lo querría, pero no está disponible".

La reputación de Tobey ha renacido. El año pasado, la Colección de Peggy Guggenheim en Venecia celebró una retrospectiva de sus obras, la primera en Europa en casi 20 años. Luego se exhibieron en la Addison Gallery of American Art en Andover, Massachusetts. En junio, uno de sus cuadros se vendió por un récord de US$1,6 millones en Sotheby’s en París, lo que duplicó su marca anterior.

En octubre, Pace Gallery en Nueva York abrió una exposición sobre Tobey que se prolongará hasta el 12 de enero. "Es un mercado muy misterioso, porque las cosas rara vez salen a subasta", comentó Joe Baptista, distribuidor de Pace que pasó dos años organizando el evento. "Pero espero que a través de la exhibición que, más allá del mercado, permitamos que las personas se relacionen íntimamente con una gran cantidad de obras y realmente tengan una idea de quién es Tobey y cuál es su aporte".

Fama Internacional

Tobey nació en Centreville, Wisconsin, en 1890 y se mudó a Nueva York en 1911. Trabajó como ilustrador y artista hasta 1922, año en el que se mudó a Seattle. En 1935, había desarrollado su estilo característico de escritura blanca, que el influyente crítico Clement Greenberg describió como un "entrelazamiento caligráfico de líneas blancas que se acumulan hasta formar una masa vertical y rectangular que llega casi hasta los bordes del marco".

En 1955, Tobey había logrado lo que Seitz, curador del MoMA, llamó prominencia internacional. Tiempo después, se mudó a Basilea, Suiza, y vivió en lo que el New York Times definió como una antigua mansión parecida a una fortaleza. Cuando murió allí en 1976, un obituario del Times afirmó que "para muchos europeos importantes, era considerado el mejor pintor estadounidense desde James McNeill Whistler".

El mismo obituario añadió que en sus últimos años, Tobey fue "bendecido con una secretario y compañero sensible e idealista", un hombre llamado Mark Ritter que heredó la mayor parte de las obras que estaban en la casa de Tobey en Basilea en el momento de su muerte.

Poco a poco, sin herederos directos que defendieran su legado y sin una galería dedicada a autenticar y defender su trabajo, el mercado de Tobey enfrentó una crisis gradual de autoridad. Varios distribuidores trataron de intervenir, incluidos los alemanes Achim Moeller y Heiner Hachmeister.

Autenticidad

El proceso de autenticidad, que define si una obra de arte pertenece a un artista específico, es un componente crítico de mercado para cualquier artista importante. Las casas de subastas y las concesionarias dudan a la hora de vender una obra de arte sin autenticidad, porque el daño a la reputación que significa vender una falsificación supera con creces el beneficio de cualquier ganancia que se pueda obtener.

Durante la mayor parte de la carrera de Tobey "no hubo dificultades para autenticar las piezas" explicó Hachmeister. “Algunos galeristas como [Ernst] Beyeler trabajaron con él muy intensamente, pero Beyeler nunca hizo autenticaciones escritas. Alguien entraba a su galería, le mostraba una pieza para preguntarle si era auténtica y él decía sí o no".

Tanto Hachmeister como Moeller tienen sus propias organizaciones vinculadas a Tobey. Hachmeister lidera el Comité Mark Tobey, que "promueve las obras del artista organizando exposiciones en instituciones artísticas y publicaciones sobre su vida y obra". Se fundó en 2006 y actualmente recopila un catálogo razonado, que sería una lista completa y oficial de todas sus obras creadas.

Hachmeister ha recopilado y vendido obras de Tobey durante más de 40 años y dice que fundó el comité basándose en las solicitudes de coleccionistas. Si bien Hachmeister nunca conoció a Tobey, "conozco a muchas personas que lo visitaron cuando vivía en Basilea", asegura. “Una persona de nuestro comité estuvo junto a Tobey cuando murió. Fue una larga vida de amistad”.

Moeller, por otro lado, cuenta con el Proyecto Mark Tobey, que se constituyó en 2007.

Se involucró con el mercado de Mark Tobey a través del curador del Museo Whitney Paul Cummings, que estaba en proceso de organizar una biografía de Tobey y un catálogo razonado cuando murió de un derrame cerebral. "Cuando Cummings murió inesperadamente en 1997 a la edad de 64 años, su familia me preguntó si podía hacerme cargo de su archivo, y lo hice", argumentó Moeller.

En la exhibición de Pace Gallery, las obras sobre papel se valúan entre US$85.000 y US$950.000 y las pinturas van desde US$350.000 y US$5 millones.

También existen señales de que el mercado de Tobey cobra fuerza. Antes de 2019 se subastarán 61 obras, según Artnet. El valor de varias de ellas ha superado las expectativas. New Crescent de 1953, por ejemplo, tenía un precio estimado de 150.000 euros (US$195.000) y se vendió por un poco menos de 400.000 euros en Christie’s en Londres. En mayo, su pintura de 1956 Earth’s Circus se vendió por US$187.500, muy por encima del valor estimado inicialmente de US$50.000.