Exxon Mobil Corp. se alejó de la mayor subasta de depósitos de crudo de Brasil, por lo que la petrolera nacional Petroleo Brasileiro SA y los productores chinos tendrán que compartir el botín.
Royal Dutch Shell Plc, Chevron Corp. y BP Plc tampoco lograron presentar una oferta, ya que las compañías petroleras más grandes del mundo que cotizan en bolsa estimaron que el precio era demasiado alto a pesar de los ricos recursos que se ofrecen. Las pérdidas extendidas del real brasileño superaron 2%, ya que el resultado redujo las perspectivas para las entradas de divisas.
“Las compañías petroleras internacionales, no sé por qué se molestaron en aparecer, no ofrecieron nada”, dice Cleveland Jones, consultor e investigador del Instituto Nacional de Petróleo y Gas en Río de Janeiro. “Las expectativas eran altas”.
Si bien el jefe de exploración de Exxon señaló su inquietud por el costo de algunos de los bloques ofrecidos en una entrevista la semana pasada, la negativa de la compañía a participar es quizás la mayor sorpresa. Su director ejecutivo, Darren Woods, ha destacado a Brasil como una de sus cinco principales prioridades globales de inversión y la que tiene el mayor potencial a largo plazo. Las aguas profundas del país son una de las pocas áreas poco exploradas del mundo abiertas a la inversión privada con los recursos masivos necesarios para una empresa del tamaño de Exxon.
Petrobras, como se conoce a la empresa controlada por el estado de Brasil, presentó la oferta ganadora para el campo gigante de Búzios junto con Cnooc y CNODC de China. Petrobras también fue el único postor por el bloque Itapu, mientras que los bloques Sepia y Atapu quedaron sin vender.
Para los productores mundiales, esta subasta es una oportunidad única de captar depósitos gigantes con resultados probados. Pero también es un gran gasto en un momento en que los inversionistas esperan cada vez más que la industria muestre moderación.
Para Brasil, la venta ayudaría a reponer las arcas públicas, atraería la inversión a su economía maltratada y ayudaría a la estatal Petroleo Brasileiro SA en un momento en que busca reducir deuda.
