La familia del multimillonario canadiense Barry Sherman y su esposa, Honey, ofreció una recompensa de hasta C$10 millones (US$7,6 millones) por información sobre sus muertes, y aseguró que desde un comienzo la Policía no manejó bien la investigación.
Se establecerá un centro de llamadas para recabar nuevas pistas a fin de reactivar el caso, que se ha prolongado por casi un año, señaló Brian Greenspan, abogado de la familia Sherman.
"Lamentablemente, les ha quedado claro que pese a la búsqueda activa de órdenes de allanamiento y la exploración de otras vías investigativas, los recursos policiales no se han gestionado adecuadamente ni se han utilizado de manera efectiva", afirmó Greenspan el viernes en una conferencia de prensa en Toronto.
El anuncio se produce luego de que Sherman, fundador de la fabricante de medicamentos genéricos Apotex, y su esposa fueran encontrados muertos en su mansión de Toronto el 15 de diciembre, colgados con cinturones cerca de la piscina del sótano. Barry Sherman, de 75 años, era uno de los hombres más ricos de Canadá y la pareja era conocida en la ciudad por sus obras filantrópicas, ya que donaban a hospitales, a la Universidad de Toronto y a otras causas.
Desde el principio, sus muertes generaron controversia. En un comienzo, la Policía de Toronto admitió que fueron "sospechosas", pero no había señales de ingreso a la fuerza y no buscaban a ningún sospechoso. En los días posteriores al hallazgo de los cuerpos, algunos medios de comunicación informaron que la Policía consideraba la posibilidad de un asesinato y suicidio, perpetrado por Barry Sherman.
Los reportes provocaron la indignación de los cuatro hijos adultos de la pareja, que emitieron un comunicado en el que aclararon que la personalidad de sus padres "contradice totalmente los rumores que lamentablemente circularon en los medios", e instaron a la Policía a hacer una investigación exhaustiva.
La familia contrató a Greenspan, abogado de Toronto que anteriormente representó a personas como Justin Bieber y Naomi Campbell, para defender a la familia. Greenspan reunió a un equipo de detectives de Policía retirados para realizar una investigación paralela y comenzó a rechazar en público la idea de que Sherman era responsable de las muertes.
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