Conforme la Reserva Federal se acerca a las últimas etapas de la normalización de la política monetaria diez años después de rebajar las tasas de interés a cero, se enfrenta a la difícil tarea de trazar un rumbo menos seguro mientras soporta el fuego del presidente Donald Trump.
Se prevé que el presidente Jerome Powell y sus colegas pasarán por alto las críticas de Trump y esta semana elevarán las tasas de interés por cuarta vez en 2018 a un nivel de 2,25 por ciento a 2,5 por ciento. Eso llevará las tasas al piso de lo que Powell denomina la “banda amplia” de lo que es neutral o normal para la economía: ni restringir ni fomentar el crecimiento.
“Diseñar políticas es fácil cuando uno obviamente está lejos de” lo neutral, dijo Vincent Reinhart, economista jefe de Standish, parte de BNY Mellon Investment Management. “Es mucho más difícil cuando uno entra a una región en la que hay cierto desacuerdo sobre lo que es neutral”.
La Fed probablemente desacelere su campaña de aumentos de tasas como respuesta a esto. Los economistas ahora prevén que elevará las tasas dos veces el año que viene, no las tres veces que anticipaban anteriormente.
Hay mucho en juego. La expansión está en un punto en el que la Fed a menudo comete un error, ya sea elevando las tasas demasiado, con lo cual provocaría recesión, o no lo suficiente, poniendo en marcha un incremento de la inflación o de los precios de los activos. La credibilidad de la Fed también está en riesgo dados los ataques de Trump.
Powell había insinuado lo que vendría el mes pasado, cuando declaró que “no hay una trayectoria predeterminada de las políticas. Prestaremos mucha atención a lo que nos digan los próximos datos económicos y financieros”.
Si bien los funcionarios siempre dicen que las políticas dependen de los datos, “están llegando al punto en que realmente hablan en serio”, dijo Reinhart.
El resultado probablemente sea unos mercados financieros más volátiles porque las políticas serán menos predecibles. Pero la estrategia de no vaticinar los aumentos de tasas también podría ofrecer un blanco más pequeño a los ataques de Trump.
Además de elevar las tasas el miércoles, los funcionarios podrían tomar otra medida de normalización modificando la declaración de política de manera que excluya el pronóstico de “más aumentos graduales” de las tasas. Esto constituiría un alejamiento de la estrategia de “orientación prospectiva” empleada durante la crisis financiera y la etapa posterior para incidir en las expectativas del mercado.
Sin embargo, los inversores seguirán teniendo el “diagrama de puntos” de la Fed, que dará pistas sobre el rumbo que tomarán las tasas. El gráfico –que presenta en forma anónima las proyecciones de tasas de cada funcionario- mostró que en septiembre había 12 funcionarios divididos en forma pareja entre dos, tres o cuatro aumentos de tasas en 2019.
Aquello que en el futuro constituya una política normal probablemente tenga un aspecto muy distinto al del pasado. La tasa de política monetaria de la Fed será mucho más baja y su balance, mucho más grande.