Un fiscal federal de Argentina solicitó el miércoles más información sobre un intento de la organización Human Rights Watch de forzar una investigación en el posible papel del príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, en los presuntos crímenes de guerra en Yemen, retrasando cualquier decisión para un inicio de la investigación.
La decisión del fiscal Ramiro González se produjo horas después de que el príncipe Mohammed llegase a Argentina para asistir a la cumbre de líderes del G-20 de dos días que tiene lugar en Buenos Aires. El líder de facto del reino se enfrenta a la condena internacional por el asesinato del columnista disidente Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul a principios de octubre. Su visita será seguida con atención para detectar cualquier señal de que los líderes mundiales se muestran recelosos a su Gobierno.
El presidente ruso, Vladimir Putin, tiene la intención de reunirse con el príncipe mientras que la Casa Blanca ha dicho que el líder estadounidense, Donald Trump, no tiene planes para una reunión cara a cara con el monarca saudí. El asunto Khashoggi ha llevado a algunos políticos de Estados Unidos a pedir sanciones, aunque Trump ha dicho que no permitirá que afecte las relaciones saudíes, citando el impacto potencial en los precios del petróleo, las ventas de armas y los esfuerzos dirigidos por Estados Unidos para frenar la influencia iraní en la región.
El príncipe de Arabia Saudita llegó a la Argentina para la cumbre del G20
En un requerimiento del 28 de noviembre, González preguntó si Yemen y Arabia Saudita tienen casos abiertos contra el príncipe heredero. También recurrió al Tribunal Supremo para consultar si Argentina tiene jurisdicción en el caso.
La denuncia de Human Rights Watch hace referencia a tortura por parte de cargos saudíes, así como a la gestión del príncipe en la coalición liderada por Arabia Saudita que lucha contra rebeldes hutíes apoyados por Irán en Yemen.
Casi cuatro años después de que el príncipe ordenase la participación de su Ejército, se cree que decenas de miles de yemeníes han muerto como resultado de la guerra, y millones se enfrentan al hambre y la enfermedad.
