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ELECCIONES EN EEUU

Kamala Harris es la sensación democrática

Por un lado, Joe Biden —quien se postula como el candidato que promete volver a una presidencia aburrida—, tomó la decisión más obvia, es decir, aburrida, sobre su compañera de fórmula.

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joe biden con Kamala Harris, | AGENCIAS AFP-AP

Por un lado, Joe Biden —quien se postula como el candidato que promete volver a una presidencia aburrida—, tomó la decisión más obvia, es decir, aburrida, sobre su compañera de fórmula. La californiana Kamala Harris siempre fue la elección lógica. Una senadora conocida a nivel nacional, de un gran estado, que se había postulado para la presidencia y se recuperó bien, a pesar de haber abandonado temprano la carrera. Eso habla bien de Biden. Las decisiones lógicas son las que han funcionado bien a través del tiempo.

Por otro lado, el hecho de que Harris, que tiene raíces negras y sudasiáticas, fuera la opción segura con base en criterios normales es —no lo olvidemos— sorprendente. Es la segunda mujer negra en el Senado (después de Carol Moseley Braun) y la primera senadora de ascendencia sudasiática. Sin embargo, se ajusta a todo lo que el Partido Demócrata en 2020 buscaría en un compañero de fórmula para Joe Biden. A diferencia de Geraldine Ferraro en 1984 y Sarah Palin en 2008, Harris ya es una figura nacional.

Sí, solo lleva cuatro años en el Senado y una carrera en gobierno local y estatal. Pero la magia de postularse a la presidencia, y su evidente nivel de comodidad durante esa campaña, significa que se plantearán muchas menos preguntas sobre sus calificaciones que Ferraro, Palin, Dan Quayle y algunas otras opciones tuvieron que superar previamente. Al menos, creo que ese será el caso, y si eso es correcto, entonces es una señal de cierto progreso nacional real.

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Su selección también nos dice mucho sobre el Partido Demócrata, especialmente si pensamos en estas decisiones —como deberíamos— al menos tanto como la elección del partido y la del nominado. Puede que Biden haya decidido reducir el espectro a mujeres, algo que probablemente entregó el espacio a Harris desde el principio, que él se haya dado cuenta o no. Pero al tomar esa decisión, Biden estaba haciendo lo que siempre hace: encontró el centro del Partido Demócrata y se sentó justo donde era. Además, la energía principal en el partido desde noviembre de 2016 se ha derivado de las mujeres.

Por esta razón es que los demócratas han nominado a un número récord de mujeres a todo nivel en 2018 y 2020, y el por qué muchas más mujeres se postularon para la nominación demócrata que las nominaciones para principales partidos combinados hasta 2016. Desde el comienzo del ciclo electoral, la mayoría del público asumió que los demócratas no nominarían una fórmula 100% masculina.

Seamos claros: todas estas nominaciones no significan que el partido busca atender las necesidades de las mujeres. Significa que los actores del partido, muchos de los cuales son mujeres y casi todos apoyan a mujeres con poder político, nominan a las personas que apoyan. Lo mismo ocurre con la diversidad étnica que representa Harris. Biden nunca estuvo tan seguro de acoger la diversidad étnica como sí lo estuvo de elegir a una mujer, pero nuevamente allí es donde está mucha de la energía del partido. Y eso significaba que muchas de sus opciones potenciales eran de raza negra, latina o asiático-estadounidense.

No se trata de la elección de los votantes ni de su participación. No hay mucha evidencia de que los compañeros de fórmula influyan. Se trata de demostrar quién es el partido en este momento. Todo esto es un cambio enorme desde lo que era el Partido Demócrata en la década de 1990, cuando el partido hacía muy pocos esfuerzos por tener una diversidad entre sus políticos.

Ahora veremos si las cosas se mantienen durante la campaña de otoño. En un ciclo normal, y salvo escándalo, las elecciones vicepresidenciales tienden a dominar las noticias hasta el momento de su selección y luego desaparecen rápidamente tras su discurso de aceptación. Incluso aquellos politólogos que encuentran algunos efectos indirectos de la selección no consideran que mucho se derive de ello, y casi no existe evidencia que demuestre que las personas votan por la parte inferior de la fórmula y no por la parte superior (de hecho, como seguiré argumentando, cuando un presidente en funciones figura en la boleta electoral, incluso el candidato presidencial fuera del partido no tiene mucho impacto en la elección de un votante, y mucho menos el compañero de fórmula).

¿Podría ser diferente esta vez? Quizás. Muchos en los medios de comunicación pueden creer que la primera mujer negra en una fórmula presidencial es una historia tan grande que genera cobertura de tal manera que no sucede con la mayoría de los compañeros de fórmula. Donald Trump a menudo ataca particularmente a mujeres y personas negras, especialmente a mujeres negras. Dado que hasta ahora ha tenido poco éxito contra Biden, podría optar por pasar más tiempo atacando a la candidata a la vicepresidencia, incluso si es contraproducente para él.

También es posible que la edad avanzada de Biden haga que los medios de comunicación se centren más en el segundo lugar (aunque eso no sucedió en 2016, cuando ambos nominados en la cima de la lista eran inusualmente mayores, y no parece estar sucediendo con Trump ahora). Además, la rareza de tener campañas electorales en medio de una pandemia podría borrar todo tipo de normas mediáticas.

Por supuesto, siempre es posible que surja un escándalo que nadie descubrió durante la carrera presidencial anterior de Harris o que también haya escapado al equipo de investigación de Biden. Pero la ventaja de seleccionar a alguien que ya ha estado en una carrera presidencial hace que las sorpresas sean menos probables. Así, mi apuesta es que Biden ha tomado, exitosamente, una decisión sólida y aburrida. Está calificada para la presidencia, de ser necesario, y es poco probable que perjudique las posibilidades que Biden tiene de ganar. Además, nos recuerda nuevamente que Biden es, sobre todo, un demócrata convencional. Lo que sea que eso signifique en este momento.