Los mercados financieros están subestimando los riesgos electorales de Brasil y es probable que la volatilidad aumente en todas las clases de activos en el período previo a las elecciones de octubre, dijo Gustavo Loyola, exgobernador del banco central y en la actualidad socio gerente de Tendencias Consultoria.
El mercado está sobrestimando la capacidad del candidato derechista de equilibrar el presupuesto, así como su dedicación a llevar a cabo reformas impopulares como un recorte de las pensiones. Al mismo tiempo, la telenovela judicial que rodea al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que todavía lidera las encuestas incluso después de haber sido encarcelado en abril, ha hecho que los inversores se muestren complacientes ante la posibilidad de que prevalezca un candidato sustituto de su partido.
Jair Bolsonaro, ex capitán del Ejército que lidera las encuestas que no incluyen a Lula, no cuenta con el apoyo de ninguno de los principales partidos políticos de Brasil, y recientemente ha respaldado medidas de austeridad como la reforma de la seguridad social. "Es inútil tener buenas ideas y cero apoyo en el Congreso", dijo Loyola en una entrevista en la oficina de Bloomberg en São Paulo.
El entusiasmo inicial del mercado por Bolsonaro podría atenuarse si queda claro que no puede cumplir con sus propuestas económicas, dijo Loyola. Bolsonaro se ha "convertido recientemente" a políticas pro-mercado después de que Paulo Guedes, un economista ortodoxo sin experiencia en cargos públicos, comenzase a asesorarlo.
Sustituto de Lula
Otro riesgo que el mercado no está contabilizando es un posible resurgimiento de la izquierda. Si Lula consigue transferir su apoyo a otro candidato -se espera que el tribunal electoral prohíba al ex-presidente presentar su candidatura- el Partido de los Trabajadores volverá al poder en un momento en que su liderazgo se ha desplazado más hacia la izquierda. Aunque se considera a Fernando Haddad, el posible reemplazo de Lula, un hombre pragmático, su partido lo presionará para revertir las recientes reformas fiscales y laborales.
"Hoy el Partido de los Trabajadores tiene una agenda más radical, peor que la de Dilma", dijo Loyola, refiriéndose a la ex presidenta Dilma Rousseff, cuyos subsidios y gastos deficitarios encauzaron a Brasil hacia la recesión.
Una victoria del ex gobernador de São Paulo Geraldo Alckmin sería bien recibida por los mercados, pero tiene que arrebatar votos a Bolsonaro para llegar a la segunda vuelta. Bolsonaro se ha ganado a votantes que previamente apoyaron a los candidatos de la coalición de Alckmin e incluso lidera las encuestas en el estado natal de Alckmin, São Paulo.
El director de Tendencias tiene tres supuestos principales para después de las elecciones. El resultado más favorable para los mercados financieros es una administración dedicada a las reformas fiscales con un fuerte apoyo en el Congreso, y eso solo tiene un 10 por ciento de probabilidades de suceder. Hay un 35 por ciento de posibilidades de que un Gobierno no reformista tome el relevo en un entorno complicado para los mercados emergentes, lo que lleva a un crecimiento económico anual de no más del 1 por ciento.
El resultado más probable, en 55 por ciento, es de un Gobierno moderado que apoye parte de las reformas de prestaciones que necesita Brasil, lo que llevaría a un crecimiento económico de 2,5 por ciento en un contexto externo neutral.
Si bien Loyola espera mayor volatilidad, señala que el banco central tiene fuertes reservas extranjeras para minimizar la presión sobre el tipo de cambio. La tasa de interés y los mercados bursátiles podrían ver mayores oscilaciones. Incluso con el escenario más pesimista, Loyola no espera que Brasil se convierta en un Estado fallido como Venezuela, ya que las instituciones limitan el potencial de una sola administración para adoptar políticas económicas extremas.