El presidente venezolano, Nicolás Maduro, sufrió una insólita derrota electoral el domingo cuando su candidato fue derrotado en una votación para elegir al próximo gobernador del estado de Barinas, lugar donde nació Hugo Chávez, quien inició la llamada revolución socialista.
Jorge Arreaza, excanciller y yerno de Chávez, admitió la derrota frente al poco conocido candidato opositor Sergio Garrido. El Consejo Nacional Electoral dijo que Garrido obtuvo 55% de los votos contra 41% de Arreaza, con una participación de alrededor de 51,5%.
Si bien el resultado no debilitará de inmediato el control de Maduro sobre el poder, es un desconcertante giro de los acontecimientos para el régimen socialista, dado que una primera ronda de las elecciones del 21 de noviembre fue invalidada por el Tribunal Supremo. Después de que el candidato de la oposición Freddy Superlano fuera excluido de las elecciones, seguido de otras dos inhabilitaciones, Garrido fue seleccionado para competir en la repetición de los comicios. Arreaza reemplazó a Argenis Chávez, hermano del difunto expresidente.
El intento de Maduro por ganar más reconocimiento internacional en las elecciones regionales de noviembre al permitir la presencia de observadores externos de la Unión Europea fracasó tras el incidente de Barinas. Después de reformar el organismo electoral y restablecer los derechos políticos de algunos enemigos, el Gobierno tiene la esperanza de que se levanten algunas sanciones.
La votación muestra los límites del poder del Gobierno cuando la oposición se une detrás de un solo candidato, dijo Félix Seijas, titular de la encuestadora local Delphos.
“El Gobierno puede agarrar y decir lo contrario”, dijo Seijas. “La cosa es que el costo que pagaría sería muy alto y no están dispuestos a pagar ese costo todavía” en el escenario internacional.
La victoria es un un gran beneficio para la oposición que ha pasado las últimas dos décadas tratando sin éxito de derrocar a Chávez y luego a Maduro; primero a través de elecciones y luego a través de protestas callejeras y boicots.
Desde que Hugo Chávez irrumpió en la presidencia, en 1999, varios miembros de su familia han gobernado su estado natal. Primero su padre y luego su hermano mayor.
En ese lapso, Chávez centralizó el poder para tratar de instalar el socialismo en la nación productora de petróleo antes de fallecer en 2013. Desde entonces, Maduro ha gobernado y supervisado una desastrosa economía arruinada por la hiperinflación, la recesión y un aumento de la pobreza que ha llevado a millones a huir del país.
“Lo sucedido en Barinas representa un hito en la lucha emprendida por los venezolanos en resistencia a un régimen usurpador en el poder”, dijo en un comunicado el líder opositor, Juan Guaidó. “Hoy demostramos que la unidad de propósito y de acción es la vía para alcanzar el retorno a la democracia”.
Transparente y pacífico
Garrido dijo que había ganado la gente de Barinas y felicitó a las Fuerzas Armadas por cumplir con su rol constitucional.
“El proceso fue transparente y pacífico”, dijo a eufóricos partidarios.
La elección fue una dura competencia, ya que el Gobierno organizó mítines que parecían conciertos y exhibió una gran cantidad de propaganda. Los residentes también informaron una estabilización del suministro de combustible durante la campaña después de meses de escasez que a menudo los obligaba a hacer cola durante días para comprar gasolina.
“Barinas no quiere tener nada que ver con el partido gobernante”, dijo la trabajadora de la administración pública Arelis Cedeño, de 48 años, después de emitir su voto. “Más de 20 años con la misma gente gobernando Barinas. ¿Quién me puede decir que ahora les irá bien?”.
En el corto plazo, no se verá afectado el control de Maduro sobre las principales palancas de poder, desde el Congreso hasta los tribunales y el Ejército, pero muestra de lo que es capaz la oposición si supera sus luchas internas y divisiones, según el presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León. Las próximas elecciones presidenciales están previstas para 2024.
“Los resultados de hoy no cambian la difícil realidad política de Venezuela y estamos muy lejos de una solución estable, pero definitivamente son una gran lección sobre la potencia del voto para presionar cambios, incluso cuando las condiciones electorales son desventajosas”, escribió León en su cuenta de Twitter.